sábado, 10 de enero de 2009

la ola


Escribía Teófilo Necrófilo que los jóvenes tenían que ver esta película. Nosotros hemos tardado bastante;una de las razones de ir ha sido para comprobar si Teófilo tiene razón. Y puede que sí. No sé si estos jóvenes captarán el proceso de formación de la conciencia fascista o se quedarán solamente en lo superficial, en lo simbólico, en la vestimente y el logotipo.

La película fuerza la historia de la novela, que tiene un final menos dramático, y además se rueda en Alemania, cuando sucede en los EE.UU. Parece difícil que en una semana se junten tal cantidad de decepciones, resquemores, vacíos y humillaciones para asociar a todos estos jóvenes y convertirlos en cachorros fascistas. Al revés de lo que debería suceder, según avanzamos hacia el final, sobre todo éste, la historia, al forzarla tanto, pierde equilibrio y se hace demasiado directa, hasta el folletín final, más pedagógico que cinematrográfico.
Lo que opina Ana:
Lo que saco en claro es lo aparentemente diferentes que son nuestros sistemas educativos, aquí difícilmente podría haberse producido algo parecido porque no tenemos "semanas de proyectos". Es una reflexión sobre la manipulación y el poder que se llevará hasta sus últimas consecuencias para acabar volviendo todas las aguas a su cauce y olvidar el mal trago pasado. Los culpables pagan por su merecido y con ello todo se convierte en un mal sueño a olvidar. Le falta garra, resulta predecible y acaba rizando el rizo.