martes, 30 de septiembre de 2008

Che el argentino


Era viernes, diez de la noche. Sala bastante ocupada. Tres chicos se sientan a nuestro lado, llegan tarde, comiendo palomitas. En la fila delantera una pareja de treinta y pocos morrea y morrea. ¿A qué va la gente al cine? Los fines de semana hay que huir, están los cines contaminados de idiotas.

Hay que ver esta película (aunque el joven dirigente del PP madrileño, nueva fierecilla de Esperanza Aguirre, llame al Che asesino). Jordi Costa en el País escribe que es prolija y desapasionada, tan fría como un informe pericial (El País, 5 sep. 2008). Carlos Boyero la vio en Cannes. Era más partidario, sobre todo de la 1ª parte. Escribía entonces que los actores te hacen creer que están de verdad en Sierra Maestra.

Yo creo que Soderbergh no quiere dirigir excesivamente la película. No usa la voz en off, tan utilizada en las películas de trasfondo histórico, y deja a los actores guiarte. Entonces hay veces que te pierdes un poco, porque la propia naturaleza del relato y del medio físico es imbricada y tortuosa. De repente aparece Fidel, luego ya no está. Hasta que no llegan al LLano no entiendes del todo la situación. Porque las acciones del Che son variadas y la película las quiere contar todas, y entonces llegamos a lo que decía Jordi Costa: se hace prolija. Pero en absoluto, al menos para mi, aburrida. Viéndola te das cuenta de que, a favor o en contra, aquellos "barbudos" estaban haciendo algo grande. Eso es innegable. Las valoraciones quedan para la tertulia.
Lo que opina Ana:
Crónica de la "revolución de los barbudos" vista a través de las acciones del Che Guevara. Él es el protagonista indiscutible de la película, pero en ningún momento ésta se convierte en su panegírico. El director se distancia, intenta presentar una visión desapasionada y fiel de los acontecimientos y lo hace jugando con los tiempos. No es por tanto una historia lineal, va a saltos, pero consigue recrear la atmósfera del momento y las ideas que movieron a aquellos "locos" a derribar la dictadura de Batista. Me quedo con ganas de ver la segunda parte, ¡ojalá llegue pronto!