lunes, 8 de septiembre de 2008

ríos y mareas


No sé lo que durará en la cartelera, pero imagino que poco. ¿De quién es el mérito de este buen documental? A partes iguales, del artista (Andy Goldsworthy), que sin engolamiento y lo más cercano que puede te explica su proceso de creación, su pensamiento vital, la arquitectura mental que se traslada a sus composiciones, en relación imprescindible con la naturaleza. Y del director (Thomas Riedelsheimer), que deja que las cosas fluyan, no quiere espectáculos gratuitos y sorprendentes, efectos especiales llamativos. La obra es la protagonista. Una obra que parece que saliera de un único núcleo creador, como un magma expansivo que va dando origen a múltiples esculturas, composiciones, juegos visuales, raíces, hojas, minerales de la naturaleza convertidos en objetos artísticos. La mayoría efímeros.

Quedan cosas por saber (la comercialización, lo que se puede o no se puede llevar a los museos), pero tal vez fueran perturbadoras para el espíritu de esta película. Yoga en la naturaleza. Recomendable para gente tranquila, observadora y paciente.
Lo que opina Ana:
Documental sobre el escultor británico Andy Woldsworthy. Tarea difícil la del director alemán Thomas Riedelsheimer, la de adentrarnos en el proceso creativo de este gran artista, mucha de cuya obra es efímera. Con la película se propone "espiar" al escultor, intenta comprender su faceta creadora, no nos acerca a su intimidad, sólo en algún momento perfila algunos aspectos de su vida cotidiana.
Lo consigue, lo que al principio parece que va a ser un tostón, acaba convirtiéndose en un apasionante recorrido por un proceso creativo original, cercano a la naturaleza y que responde a una concepción intelectualizada del arte. Estamos en la sala compartiendo el pensamiento y el trabajo con el creador de algo que resulta hermoso, difícil de crear y efímero; esculpe con materiales arrancados a la naturaleza (hojas, ramas, palos, raíces, piedras,arcillas, hielo, lana...) y la decora momentáneamente, hasta que esa misma naturaleza con sus movimientos (viento, mareas, corrientes) destruye su obra o la anega.