Es entrar en un universo especial, entrar en un cuento. Personajes malos, personajes buenos, personajes mágicos. Todo minuciosamente reconstruido como cuando a los niños hay que darles detalles precisos para que sitúen lo que les vamos a contar. Ambientes, objetos, luces... todo medido cuidadosamente. Puede que la historia, un ser marino inclasificable hecho prisionero y torturado, y la época, la Guerra Fría, no tengan el engarce sólido de "El Laberinto del Fauno". Pero aun así, la película está llena de magia, de inocencia y de amor (y de odio). Eso, un cuento.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Cuidada recreación de la atmósfera de
finales de los 60, una vuelta al corazón de la guerra fría en una ciudad
costera de los EEUU con un laboratorio
en el que se experimentan ocultos secretos de estado y en el que
trabajan además de los científicos, militares, guardias de seguridad,
secretarias y un amplio espectro de personal, dos mujeres de la limpieza que
van a ser el alma de la película, una Blancanieves mudita y una dicharachera y
protectora mamy Panchita. Su vida rutinaria se romperá con la llegada de una
carga top secret, un monstruo anfibio capturado en el Amazonas, se convertirá
en la presa de una actividad de contra espionaje por parte de los rusos;
descubriremos así a todos los
protagonistas, habrá un malo remalo, contra
un monstruo divino y sanador y
entre ellos florecerán los buenos de a pie, los desposeídos, capaces de ver el
bien donde los poderosos no lo ven.
Es un cuento oscuro, las luces lo son,
es un cuento acuático, el agua se apodera de los protagonistas y los redime, es
un cuento en el que los humillados recobran su valor. No llega a tener la
redondez de El laberinto del fauno, pero sí comparte su espíritu. El guión está
bien hilvanado y la historia se deja
contar a su ritmo. No sé si Sally Hawkins podrá apoderarse de la estatuilla
dorada del óscar este año, tiene rivales muy poderosas, pero borda su
interpretación.