domingo, 17 de diciembre de 2017

Muchos hijos, un mono y un castillo. Dir. Gustavo Salmerón

Aunque el rodaje parece caótico, está bien estructurado y muy pensado. Parte de una búsqueda (estrambótica, de unas vértebras de un antepasado) y termina con su localización. Entre tanto, 90 min., se repasa un poco la historia de esta familia, la del director, con un personaje por encima de los demás, la madre, Julita. Puro disparate, un tanto necrofilico, bien asentado y construido. Una personalidad propia de esos individuos que abarcan varios dentro de si, y que al mezclarse producen paradojas, extravagancias y perplejidad. Merece la pena. Seguro que no salen malhumorados ni deprimidos del cine. 
Lo que opina Ana:
Julita, la protagonista, la madre de esta caótica saga familiar, resulta ser un personaje en sí misma. Se comporta ante la cámara como una profesional, no titubea, no tiene más que ser ella misma y dejarnos entrar en su casa, en su vida. Es una película casera  que nos cuenta la evolución de la familia a través de 14 años de tomas continuadas. Se pasa un gran rato escuchando sus disertaciones sobre la vida y la muerte, cada vez más cercana.