Es una película rara. En El Cultural, Carlos Reviriego menciona el frenético montaje en staccato. Es violenta porque el personaje principal es una especie de justiciero (el mismo crítico la relaciona con Taxi Driver). A través de repentinos y cortos flashbacks vamos conociendo de forma fragmentaria algo de su pasado, de soldado, descubriendo la miseria humana, la violencia y la guerra: unos pies, unas chicas orientales apiñadas en una especie de cámara mortuoria. Fogonazos. Igual ocurre hacia el futuro, los forwards. Sueña o se imagina situaciones que no han ocurrido, como poco antes del final cuando está en la cafetería con la adolescente coprotagonista Nina. Hay que verla y luego opinar. Desde luego, la directora sabe crear ambientes y contar historias, aunque lo haga a su manera, forzando al espectador.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Dura, resuelta con continuos planos
psicológicos y flasbacks que reflejan los pensamientos y sentires del alma
atormentada de su protagonista, un Joaquin Phoenix abatido, lleno de cicatrices
externas e internas, cruel e impasible con el mal, dispuesto a rescatar a
mujeres que sufren de abusos. Lynne Ramsay se atreve con esta historia amarga
que denuncia los sórdidos mundos de la pederastia desde las capas más altas,
moviéndose en los círculos de la alta política. Sales con el corazón encogido y
una mínima esperanza.