jueves, 21 de diciembre de 2017

Alanis, Dirª Anahí Berneri

Ganó varios premios en el último festival de San Sebastián. Parece casi un documental sobre la prostitución, menos que eso porque en este tipo de reportajes se suele dar una explicación de tipo sociológico, señalando las razones que conducen a las mujeres a esta situación, muchas veces, la mayoría, obligadas por las circunstancias. Aquí no, la protagonista ha elegido esa forma de ganar dinero y no parece que le importe, pese a tener un hijo que lleva siempre consigo. Tiene sus miserias, la echan de un piso, la persiguen otras prostitutas cuando quiere hacer la calle, pero las va salvando sin grandes tragedias. Al final encuentra acomodo en manos de una madama. Está bien realizada toda esta secuencia de acontecimientos. Pero no te suscita empatía, ni lástima, ni solidaridad humanitaria. Es como si retratara, pongo por caso, la vida de un minero, de un pescador, de una señora de la limpieza. Parece decir, la prostitución está ahí y es así. Punto.
Lo que opina Ana:
Una visión de la prostitución como un trabajo elegido, sin analizar las causas que llevan a las mujeres a adoptar esa decisión. Una realidad difícil, pero para la protagonista mucho más atractiva que los trabajos no cualificados a los que podría intentar acceder en lugar de vender su cuerpo. La vida gira en torno a su bebé, Dante, poder mantenerlo a su lado es lo que más importa a Alanis.

La película relata las dificultades de esta joven madre y su determinación por continuar ejerciendo como prostituta, la directora nos presenta a los personajes manteniendo siempre las distancias, utilizando un tono frío, nos convierte en espectadores alejados, juega con los planos, a veces primerísimos, casi de disección, otros más abiertos para ampliar el mundo que rodea a los protagonistas. No hay juicios morales, sólo una historia.