Es una película fría, académica en el sentido restrictivo. La historia, real según nos dicen al comienzo, es interesante. Un editor que lucha por sus escritores, y unos escritores enfermos de literatura y llenos de problemas económicos y psicológicos. Ya desde los primeros sonidos de acompañamiento de las imágenes sientes que el director se va a limitar a narrar lo recogido en un libro, no va a ir más allá. Está bien ambientada, es lenta, se remansa en muchas fases y es un poco repetitiva, pero a mi me entretuvo. Otro problema que hay es la actuación de los dos actores protagonistas, que exageran sus perfiles, uno en su pasividad hierática (Colin Firth) y el otro en su exageración histriónica (Jude Law).