Una acusación surrealista, un juicio eterno y una película que se hace larga. Está bien entrar en el mundo procesal indio, ver cómo se desenvuelven acusaciones, defensas, jueces y fiscales. El caso que narra la película es el de un cantante popular al que se le acusa de incitar al suicidio con sus canciones a un pobre trabajador de las alcantarillas de Bombay. Lo peregrino del asunto no quita la seriedad del proceso y el tiempo pasado en presidio por el acusado. Cuando la cámara sale de la sala del juicio nos enseña las realidades sociales y culturales que condicionan el comportamiento de los protagonistas: el conservadurismo, la difícil existencia de la libertad de expresión, las creencias religiosas, la miseria de los barrios obreros (lo más impactante de la película). Le falta ritmo, pero tal vez debía ser así.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Película denuncia que te adentra con
el ojo escrutador de una cámara que observa como si estuviera grabando un
reportaje o un documental, en una realidad
que poco tiene de idílica. Ves una India ajena al turismo, con una
sociedad marcadamente dividida, unos barrios depauperados, infrahumanos, en los
que se hacinan los más pobres. Todo ello a través del relato de un juicio
contra un poeta comprometido, que sirve para hacer una crítica al sistema
judicial y a la sociedad. La historia avanza siguiendo los pasos de los
distintos componentes del tribunal, el
abogado defensor, la fiscal, el juez, el acusado, los testigos, cada uno nos
deja ver una realidad.