La película sigue fielmente el
espíritu de la gran novela de Agota Kristof, pero no consigue su fuerza, no
levanta el vuelo en ningún momento, no emociona. Buena fotografía y buenos
actores, pero un resultado mediocre.
Emilio:
Tampoco es una película para sólo darle dos estrellas (Metrópolis). ¿Cómo hacer una película de un texto literario excepcional que se caracteriza por su contención, cosa que no impide un tremendo impacto en el lector? El director opta por dos soluciones: el respeto al texto, de ahí la acusación de academicismo; y la elipsis en los momentos más crudos, suavizándolo. El resultado es que el libro nunca desaparece del recuerdo, incluso piensas que la película se hace para personas que lo hayan leído. Y comparándolo, sin duda, el libro desvela y emociona, donde la película sólo muestra. Ensayo mediocre, pero pulcro.
