No entrará en la historia del cine. Película entretenida, más por ver los rasgos biográficos, suavizados, de la autora de Mary Poppins, P. L. Travers, y de Walt Disney, que lucho denodádamente para conseguir los derechos y hacer la película. Cuenta con dos actores de relumbrón, Emma Thompson, que hace muy bien su papel de arisca e intratable y peor cuando se ablanda y humaniza un poco. Y Tom Hanks en su personaje de ganador, con un fondo de niño pobre que se ha hecho a sí mismo, hasta convertirse en un icono.
De Mrs. Travers es de quien más se presenta su biografía. Niña australiana, enamorada de un padre maravilloso pero alcoholizado hasta la perdición (Colin Farrel no termina de encajar en el papel, sobreactuado). Se hizo Mary Poppins y aquí vemos lo que costó. Ideal para ver en familia un domingo por la tarde, lo peor es que es cuando son las entradas más caras. Habrá que esperar a que la comercialice en vídeo.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Para los que de niños
vimos maravillados Mary Poppins se abre
aquí otra visión de la película, nos metemos en las entrañas del proyecto,
conocemos a los hombres que lo hicieron posible y lo vemos con agrado, a pesar
de que esté bastante endulzado, siguiendo el estilo de la propia Mary Poppins.
Lo mejor de todo son
las interpretaciones, el duelo entre Tom Hanks como un entrañable Walt Disney
que, al parecer, dista mucho de corresponder con el auténtico personaje y la
cascarrabias Emma Thompson representando
a la Sra Travers que, también aparece muy suavizada con respecto a lo que
cuentan fue su verdadero carácter, es
magnífico, pero todos los secundarios están
también estupendos.
La película recurre a
los flash backs para desvelarnos los terribles traumas infantiles que explican
la personalidad de la protagonista, así que viajamos continuamente de los 60 en
California y Londres a los primeros años del siglo XX en parajes remotos
australianos.
Lo más logrado la
ambientación y el espíritu y entrega del equipo que trabaja para Disney.