El Estudiante es una película difícil para un espectador español por el desconocimiento de las organizaciones estudiantiles que se mencionan y de la situación política a la que se refieren sus personajes, y por lo sucio del sonido ambiente, mezclando conversaciones y ruidos y aveces un fondo musical, a lo que hay que añadir lo que cuesta a veces entender el español de Argentina. Pese a estas dificultades la película ha recibido buenas críticas (Javier Ocaña escribe al final de su comentario que es una película magnifica).
La sala estaba llena. Es cierto que solo se proyecta en una sola sesión diaria; lo curioso es que la mayoría (más del 90%) de los espectadores tenía más de 70 años, por eso le pregunté al chico de la ventanilla si había alguna promoción especial para mayores. Pero no la había, y todavía me pregunto qué había llevado a ver esa película a esas personas.
El ambiente universitario que vemos es tremendo. La Universidad parece un edificio en ruinas con okupas. Las clases se interrumpen y solo se habla y habla. El profesor es uno más, y a veces el menos considerado. Se ha escrito que es una metáfora de la política, que el estudiante protagonista aprende en el mundo universitario el pragmatismo de la política y el sabor amargo de la traición. El guión está bien construido (por algo el director es antes que nada guionista), pero no sé si es un ejemplo de la política canalla que tan vilipendiada está ahora o de la política de altos vuelos. Seguramente de lo primero.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Llegó
precedida por muy buenas críticas, a mí no me pareció que las mereciera. A la
historia le falta garra, resulta confusa, lo único que sacas en claro es la
suciedad que rodea a la política, desde sus más bajas instancias, desalentador.