Leyendo en la hoja informativa que reparten en los Golem las declaraciones del director, no sé si ha conseguido lo que pretendía. Él reconoce que tenía que ser honesto con la historia: verano austral de 1988, Pinochet pierde el plebiscito sobre su continuidad en el poder durante 8 años más. Se inicia el cambio político. Es uno de los sucesos claves de la reciente historia de Chile, en palabras del propio Pablo Larraín. La victoria del "No" se consigue de forma totalmente inesperada, olvidando la represión de la dictadura, o si no olvidándola, tapándola en sus extremos más traumáticos: muertes, desaparecidos, amenazas, palizas. Hay que dejar la campaña en manos de un publicitario, Gael García Bernal, que quiere que el país mire al futuro de forma desenfadada, alegre, divertida, un poco infantil. Después de la victoria, la vida de la agencia de publicidad sigue, hay que vender los productos que llegan a ella, sean microondas o series de televisión.
¿Qué sensación prevalece? Pues la de la gesta de desplazar, no de acabar con él, a un dictador; pero, sin embargo, para el director es que a partir de ese momento comienza el Chile actual "...un país que tiene un Estado muy pequeño y las empresas muy grandes, donde la educación de calidad es cara, donde la salud es cara". Pues entonces ha fracasado, porque no llegas a esas conclusiones.
La película es interesante, tiene un guión bien estructurado, basado en una obra de Skármeta, tal vez un poco repetitivo, y con un sonido y una imagen deficientes a propósito, porque el director rueda en formato Umatic, que reproduce una vieja textura de imagen videográfica (Jordi Costa). Incluso no le importa abusar de los primeros planos y no elimina reflejos molestos.
Lo que opina Ana:
El director, Pedro Larraín, decide usar una estética de super 8, utilizando unas tomas y sonido que pretenden acercarnos a los años de los que se habla como si se tratara de un documental compuesto por imágenes sacadas de archivo, combinadas con el relato de la historia que constituye el tiempo presente de la película. Así, la primera impresión que provoca en el espectador es la de cercanía, sientes como si fueras a ver una historia familiar, de gente común, nada épica, nada enmarcada en el mundo de la ficción. En este sentido consigue su propósito aunque, a cambio, sacrifique la calidad de la imagen y del sonido.
Se cuenta un hecho histórico que gira en torno a la campaña gubernamental que pidió el sí en el referéndum convocado con la intención de perpetuar a Pinochet en el poder y frente a ella, se centra en el trabajo realizado por la coalición antigubernamental que va a orquestar la campaña del no, abriendo la puerta a la caída de la dictadura.
Le falta garra, capacidad para emocionar, el personaje protagonista en manos de Gael García Bernal, parece distante y no nos contagia la emoción que, sin duda, tuvo que estar presente con gran fuerza durante esa campaña.
Lo que opina Ana:
El director, Pedro Larraín, decide usar una estética de super 8, utilizando unas tomas y sonido que pretenden acercarnos a los años de los que se habla como si se tratara de un documental compuesto por imágenes sacadas de archivo, combinadas con el relato de la historia que constituye el tiempo presente de la película. Así, la primera impresión que provoca en el espectador es la de cercanía, sientes como si fueras a ver una historia familiar, de gente común, nada épica, nada enmarcada en el mundo de la ficción. En este sentido consigue su propósito aunque, a cambio, sacrifique la calidad de la imagen y del sonido.
Se cuenta un hecho histórico que gira en torno a la campaña gubernamental que pidió el sí en el referéndum convocado con la intención de perpetuar a Pinochet en el poder y frente a ella, se centra en el trabajo realizado por la coalición antigubernamental que va a orquestar la campaña del no, abriendo la puerta a la caída de la dictadura.
Le falta garra, capacidad para emocionar, el personaje protagonista en manos de Gael García Bernal, parece distante y no nos contagia la emoción que, sin duda, tuvo que estar presente con gran fuerza durante esa campaña.