El éxito de esta película se debe a cuatro razones: un buen guión, que se desarrolla de forma pausada, pero con un ritmo marcado por un metrónomo; una realización correcta, sin grandes alardes, que deja que las imágenes acompañen el transcurrir de lo narrado sin superponerse; la actuación de dos grandísimos actores y unos acompañantes muy bien colocados en sus papeles y cuarto, tener entre manos una buena historia ya de entrada, porque la del poeta Mark O'Brian lo es. Si a esto añadimos el tono optimista, salpicado de un sentido del humor que todo lo relativiza y que es uno de los rasgos de la personalidad de este escritor, nos explicamos por qué la película tuvo el premio del público tanto en Sundance como en San Sebastián. Lo del actor John Hawkes es sorprendente. No podría haber reconocido su físico ni el personaje que representa si lo comparo con las dos películas en la que lo he visto recientemente, haciendo de mesias peligroso y sanguinario en Martha Marcy May Marlene (2011) y de alcohólico lobo solitario en Winter's Bone (2010), su capacidad de transformación es completa, tanto que logra hacerte olvidar esos otros papeles completamente opuestos a este. En defintivia, buena película para empezar el año. Veremos si se cumplen las expectativas sobre los Oscar, porque el hecho de que el sexo y sus circunstancias estén tan en primer plano puede asustar al jurado.
Lo que opina Ana:
Historia difícil de contar, con muchos riesgos en principio, pero que se resuelve con naturalidad, frescura y mucho sentido del humor. Descubres la existencia de una nueva profesión, la de terapeuta sexual, te encuentras con un párroco católico comprensivo y liberal, con un poeta encadenado a un pulmón artificial, capaz de conquistar a todos los que le rodean y te metes en su mundo gracias a unas interpretaciones excelentes y a un guión muy bien hilvanado.
Lo que opina Ana:
Historia difícil de contar, con muchos riesgos en principio, pero que se resuelve con naturalidad, frescura y mucho sentido del humor. Descubres la existencia de una nueva profesión, la de terapeuta sexual, te encuentras con un párroco católico comprensivo y liberal, con un poeta encadenado a un pulmón artificial, capaz de conquistar a todos los que le rodean y te metes en su mundo gracias a unas interpretaciones excelentes y a un guión muy bien hilvanado.