domingo, 1 de mayo de 2011

Tokio Blues de Tran Anh Hung




Lo que opina Ana:
Hay novelas que sólo pueden ser eso,novelas, género literario, un mundo recreado a través de la lectura e imposible de transportar a otros escenarios, es el lector quien individualmente debe sentir e imaginar saboreando las palabras. Esto es lo que ocurre con Norwegian Wood y el mundo de Murakami. La película intenta ser fiel a ese mundo y no llega nunca a despegar, no es capaz de transmitir ni una mínima parte de la enorme fuerza que tiene la novela. No sé qué habría pensado en el caso de no haber leído previamente el libro, pero creo que la habría encontrado fría, con sabor a cartón piedra, un cúmulo de imágenes bonitas y nada más. La belleza del paisaje me producía dolor después de la tragedia del tsunami japonés, ¿habrá esperanza para estos bosques y sus pobladores?

Emilio Desde luego no recomiendo ver la película antes de leer la novela; luego la comparación, que se hace inevitable, deja clara la preeminencia de la novela; en todo, en sensaciones, en matices, en ambientes, en el desarrollo de la historia. Así pues, una película que sigue con devoción a la novela de la que procede y que no te añade nada. Es correcta. La calidez de los sentimientos de la novela aquí son fríos, académicos. Quizá sea imposible recrear ese mundo en cine, a no ser que hagas otra cosa, o que tengas una varita mágica, un estado de creación y comunión extraordinario. El director francés de origen vietnamita, que afirma tan tranquilo que es divertido rodar la película en un lenguaje que no entiende, no lo tiene. Y ya está.