
Escribe Javier Ocaña que es una película interesantísima, pero demasiado fría. Tiene razón en ambas apreciaciones. Interesantísima por el dilema que plantea: personas destinadas a extinguirse en favor de otras; sin embargo, la película deja muchas cosas sin resolver, porque no sabemos si son clones, parece que no, más bien niños cuya procedencia les hacía estar condenados a no existir (la basura de la sociedad, dice uno de ellos). Tampoco sabemos si esa organización es altruista o interesada, quién mantiene ese colegio tan inglés, las casas de campo, su manutención. También te parece que merece más explicación la sumisión con que aceptan su destino. Y, finalmente, al situar ese sociedad futura tan cerca, de hecho ya la hemos pasado, la sensación de plasmar en cine un mundo futuro que todavía no conocemos, queda disuelta.
Y es fría porque no conseguimos vivir la emoción y la angustia de estos personajes, porque da la impresión de que están viviendo vidas prestadas. Ana dicce que es muy lenta; yo creo que debe tener este ritmo, el problema está en que los sentimientos tienen que nacer en ti poco a poco, y para eso nada mejor que el libro del que surge la película (de Kazuo Ishiguro). No se puede sustituir ni igualar, al menos en este caso.
Lo que opina Ana:
Aunque viendo la película sentía pasar los minutos y me ponía nerviosa el ritmo excesivamente lento con que se narraba, a medida que van pasando los días desde que la vi, su recuerdo va adquiriendo más cuerpo. No es una historia que se diluya y ensombrezca al apagarse las luces de la sala, bien al contrario, crece y se ahonda y te estremece la resignación de sus protagonistas, no puedes evitar apenarte al recordar su cruel destino. Me parecía asimismo fallida la inevitable reducción del lenguaje literario de la novela, sentía el peso del escritor en las imágenes y pensaba que se estaba perdiendo gran parte de la fuerza literaria, ya no lo creo. Evidentemente es una manera diferente de contarla, pero Mark Romanek consigue recrear la atmósfera sombría y éticamente sobrecogedora que envuelve esta realidad de ciencia ficción presentada como algo real y posible en nuestra sociedad.
Carey Mulligan hace una interpretación extraordinaria, te llevas su triste mirada grabada en lo más hondo.
Lo que opina Ana:
Aunque viendo la película sentía pasar los minutos y me ponía nerviosa el ritmo excesivamente lento con que se narraba, a medida que van pasando los días desde que la vi, su recuerdo va adquiriendo más cuerpo. No es una historia que se diluya y ensombrezca al apagarse las luces de la sala, bien al contrario, crece y se ahonda y te estremece la resignación de sus protagonistas, no puedes evitar apenarte al recordar su cruel destino. Me parecía asimismo fallida la inevitable reducción del lenguaje literario de la novela, sentía el peso del escritor en las imágenes y pensaba que se estaba perdiendo gran parte de la fuerza literaria, ya no lo creo. Evidentemente es una manera diferente de contarla, pero Mark Romanek consigue recrear la atmósfera sombría y éticamente sobrecogedora que envuelve esta realidad de ciencia ficción presentada como algo real y posible en nuestra sociedad.
Carey Mulligan hace una interpretación extraordinaria, te llevas su triste mirada grabada en lo más hondo.