sábado, 26 de febrero de 2011

127 horas. Dir. Danny Boyle


La comparación con Buried es autamática, pero solo en el leit motiv esencial: un hombre solo, atrapado y con la perspectiva más certera de la muerte en poco tiempo. A partir de ahí las dos películas son muy diferentes, las dos se basan en una gran actuación del personaje que ocupa la pantalla la mayor parte del tiempo (en Buried, en todo el tiempo), pero Boyle se permite a través de ensoñaciones y recuerdos sacar de esa situación escalofriante a su protagonista; Cortés no lo hace en "Enterrado", pero utilizar esas imágenes de "fuera" tiene riesgos y Boyle lo hace muy bien, salvo al final, que no terminas de situar las imágenes de la familia y de ese niño, si es pasado o futuro.

La película hasta quedar atrapado el protagonista muestra el ritmo de vida de alguien que desborda vitalidad. La música y los planos divididos, todo eso marca un ritmo contagioso. Al quedar "pegado" a la piedra, esa vitalidad es sustituida por el ansia de sobrevivir, pero sin perder el humor, un signo más del buen hacer de este director. Recomendable, desde luego.

Lo que opina Ana:
Con un argumento difícil de contar, el de las 127 horas de angustia de un hombre atrapado en un abismo de roca y soledad, Danny Boyle elige una narración, cimentada en un sólido guión, con la que es capaz de mantener la tensión, de llevar al espectador a sentirse también atrapado, pero al mismo tiempo a crear momentos de libertad a través del contacto mental con el mundo exterior. Los recuerdos y ensoñaciones de Aron Ralston, magníficamente interpretado por James Franco, nos permiten recrear las 127 horas con esperanza y hasta con toques de humor que ayudan a relajar la tensión. Es la historia real de un superhombre que saldrá de esta terrible experiencia, tras haber sentido tan cercana la muerte, con nuevas convicciones, mucho más maduro.