Lo que opina Ana:
Los hermanos Coen recuperan su infancia recreando el ambiente de una comunidad judía en una ciudad del Medio Oeste americano en los años 60. Todo es invención, desde la magnífica fábula en blanco y negro con la que arranca la película, hasta el triste cúmulo de desgracias que persiguen al protagonista.
Se nota que saben de lo que hablan y que están recuperando con ironía retazos de un mundo perdido. Hay muchas referencias culturales que no conocemos, pero uno disfruta con esta divertida sátira.
Los directores apostaron acertadamente por trabajar con actores desconocidos y el resultado es estupendo.
Los hermanos Coen recuperan su infancia recreando el ambiente de una comunidad judía en una ciudad del Medio Oeste americano en los años 60. Todo es invención, desde la magnífica fábula en blanco y negro con la que arranca la película, hasta el triste cúmulo de desgracias que persiguen al protagonista.
Se nota que saben de lo que hablan y que están recuperando con ironía retazos de un mundo perdido. Hay muchas referencias culturales que no conocemos, pero uno disfruta con esta divertida sátira.
Los directores apostaron acertadamente por trabajar con actores desconocidos y el resultado es estupendo.
Emilio No pasará al catálogo de las obras maestras de los Coen, pero es una película de los Coen. Empieza con una narración corta a modo de signo premonitorio, de designio de Javé, pero después confiesan los directores que se inventaron el cuento y que no tiene que ver con la historia de la película, y te dejan descolocado.
Es una de judios que a los gentiles nos sirve para comprobar cómo el alma atormentada de un judio tiene que ser expuesta en la comunidad y pasar por el despacho de varios rabinos. Al pobre Larry se le están pidiendo muchos sacrificios y a su mente matemática le cuesta comprender las vueltas que da la vida. Cuando sales del cine te preguntas, ¿qué querían decirnos estos dos hermanos? No encuentras respuesta.
