
No le cojo últimamente el tranquillo a Ken Loach. Javier Ocaña escribía "una regocijante comedia dramática de aire social". Mejor me parece el comentario del propio director "Es una película contra el individualismo; se es más fuerte en grupo que solos". Ese grupo lo forman los hooligans del Manchester, muchos de ellos carteros. Esa parte está bien, un poco desmesurado lo del autobús contra la banda de matones. Pero donde la película se va al garete en en la historia familiar del pobre cartero Eric Bishop (Steve Evets). Lo de los hijos que pasan de ser usurpadores okupas, guarros y groseros, a unos hijos adorables que buscan la felicidad de su padre, no se puede aguantar. Vale si son licencias para llevar el buen mensaje que tiene la película. Por cierto, Cantona no lo hace mal, aunque lo suyo, está claro, era el fútbol.