viernes, 15 de enero de 2010

Avatar


Tal vez se le esté pidiendo a Avatar más de los que el director había pensado hacer "Yo quería crear un tipo de aventura corriente en un ambiente poco corriente".

Si leemos la hoja informativa de los cines Yelmo nos daremos cuenta de los complejos engranajes técnicos que tiene la película, por eso tal vez arrase sobre todo entre los jóvenes, porque es una tecnología que reconocen y valoran. Dicen que hay un 60% de imágenes generadas por ordenador, de ellas para mí las mejores, aparte de las trepidantes del comienzo, cuando Jacksully se pierde en la noche de Pandora, son las del aprendizaje junto a Neytiri en ese paraíso. Es el paraíso primigenio. Sin embargo, las escenas bélicas son, a pesar de su espectacularidad, vulgares, sobre todo el cuerpo a cuerpo final. Podríamos pedirle más, por ejemplo, que la duplicidad de la conciencia de los humanos que se transforman en avatar tuviera más complejidad, como la Alice de Lewis Carrol, que al atravesar el espejo entra en un mundo confuso y extraño; o también, incluso, que la comunión de los Na'vi con la naturaleza fuera como la consumación de la hipótesis de Gaia, llevada a sus extremos. O si se quiere, haber sido más ambicioso al denunciar al capitalismo global. Todo esto podía estar más desarrollado, con la pretensión de perdurar en el mensaje. No es así, pero tampoco es un horror. Claro que los que escriben cosas como que "el rey del mundo lo ha vuelto (por el director) a hacer: la película de acción más apabullante de la década", también andan un poco sobrados (de entusiasmo).
Lo que opina Ana:
Gran superproducción que ha batido todos los récords de taquilla, con unos efectos especiales y una técnica irreprochable, pero que en ningún momento llega a conmover. La historia es muy manida y simple, los malos son malísimos y los buenos capaces de vencer a Goliat pero sin alcanzar en su narración la épica que le habría realmante otorgado otra dimensión a la película, evitando el efecto de "déjà vu" entre Pocahontas y Rambo.