Es una película ñoña, un poco tontorrona en algunas escenas hechas para provocar la sonrisa (caídas, tropezones, sustos, aspavientos...) Podría haber ido más allá en su planteamiento reivindicativo sobre la situación de la mujer dentro del ámbito familiar japonés, pero ni siquiera, al final no se atreve. Se ve porque se mantiene dentro de los cánones de lo correcto y el director, sin arriesgar, sabe hacer su trabajo.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Dos películas del mismo director
japonés en la misma semana sin estar asistiendo a un ciclo, algo inusual dentro
de la oferta de nuestra cartelera. Si Nagasaki estaba llena de poesía, esta
familia “maravillosa” aligeraba mucho el tono narrativo, buscando la risa fácil
del público, objetivo conseguido a juzgar por la pareja que teníamos a nuestro
lado, lo pasaron en grande, mientras que nosotros apenas bosquejábamos alguna
sonrisilla muy de tarde en tarde. Para mí tiene mucha sal gorda y no acaba de
llegar a ningún puerto, lo que podría haber sido una crítica de las relaciones
de pareja, acaba simplificada y edulcorada.