Había visto el tráiler en repetidas
ocasiones y me parecía que iba a ver una película sin mucha sustancia. No fue
así, encontré bastante más de lo que esperaba. No se trata de una mera historia
de adolescentes alocados, como yo imaginaba. Es una road movie dinámica, con un
buen guión, que a veces carga un poco las tintas y no mide con exactitud, pero
que tiene ritmo y sentido del humor para presentar una historia que es más
dramática de lo que aparenta.
Emilio: pensé, porque así lo daba a entender la crítica, en una película de transición, la primera que hace este director con un guión ajeno, basado en un libro de bastante éxito en Alemania titulado "Tschick", el mismo que la película, aquí cambiado por el de "Goodbye Berlin". Historia de dos adolescentes. De Tschick, ruso "gitano-judío" no sabemos nada. De su compañero de viaje y de mesa de aula, Maik, que es alemán y tiene una familia que hoy llamaríamos desestructurada. El viaje durante las vacaciones veraniegas que emprenden los dos en un viejo, y robado, Lada, se convertirá en una liberación y en un canto a la amistad. La música aunque suena dos veces Richard Clayderman, meloso y poco acorde con los protagonistas, acompaña estupendamente la narración, que termina en forma de dibujos animados. A mi me entretuvo y me gustó.