Mientras en Metrópli le dan cuatro estrellas, Carlos Boyero no salió muy contento del cine, al recordarla escribe, "me pongo enfermo". No es para tanto. Yo creo que no se merece cuatro estrellas, desde luego. El tema es interesante. En Argentina un piloto arrepentido de haber llevado los llamados aviones de los "vuelos de la muerte" huye, de sí mismo y de los que compartieron con él esa matanza, que dudan de su lealtad. Este tema, el del huido que oculta su identidad da mucho de sí, pero el director lo complica innecesariamente, ambientando el retiro del personaje en una especie de infierno. Pasan muchas cosas sin explicación y sin venir a cuento. Y claro, se rompe el equilibrio narrativo. Son penosos los flashback de los vuelos de las víctimas arrojadas. No añaden nada y no dan la dimensión de la tragedia.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Confusa, errática, con unos personajes
que no acaban de cobrar peso. La historia no se entiende bien, lo que debería
ser el eje central, la angustia del comandante que pilotaba vuelos de la
muerte, aparece veladamente perfilada con unos malos flashbacks recurrentes. No sirve ni como
denuncia, el comandante aparece como un buen tipo, rodeado por malas personas,
los verdaderos culpables de lo que ocurrió. La historia de amor, otro relleno
sin consistencia. Muy floja, aunque Darín y Óscar Martínez, el cacique local,
nos hagan disfrutar con sus interpretaciones.