Lo que opina Ana:
Lo mejor de la película la descripción
del majestuoso espacio geográfico de Meteora, la belleza de las imágenes, el
olor del verano destilando entre las rocas, entras de lleno, es como si
estuvieras allí. También me gustó la parte animada de la película, un cuento
iluminado propio de los libros monásticos, muy bien acompañado por la música.
Sin embargo su base argumental, un amor de fuego, poderoso, insaciable e
imposible entre un monje y una novicia que viven en lo alto de los peñascos
desnudos, en monasterios enfrentados uno al otro ante el vacío, no consigue
transmitirse con la misma fuerza que sí adquiere el paisaje.
Emilio. Dos cosas sobresalen en esta película: el paisaje agreste coronado por montes como zigurats, culminados por imposibles monasterios y conventos, y las animaciones intercalándose entre las imágenes como pequeñas narraciones a través de iconos bizantinos.
Una banda original monacal de cantos griegos arropan esta difícil historia de amor carnal entre una monja y un monje que se ven a través del espacio enfrentado de las ventanas de sus celdas. Esta historia de amor, salvo alguna excepción, no llega en fuerza y pasión, a la altura de la geografía donde se enmarca. De todas formas, se agradece oír el griego y sobrecoge ver estos lugares.