jueves, 4 de julio de 2013

360. Juego de destinos. Dir. Fernando Meirelles

Rodada en muchos escenarios distintos, en exteriores, con actores de renombre. Eso significa altos presupuestos. Brasil también consigue esto. La película quiere mostrarnos muchas historias que quieren decir algo, no sabemos qué: que siempre se puede elegir, que el azar es el que marca nuestros destinos, que el amor lo mueve todo (esta parece ser la idea del guionista Peter Morgan, que el brasileño Fernando Meirelles ha seguido al pie de la letra). Todos los críticos se acuerdan de Babel. Tendría que volver a verla, pero lo que recuerdo es que había vidas con más fuste en su estructura que aquí. Empieza con una situación inverosímil: una prostituta que va acompañada de su culta y paciente hermana no prostituta, mientras la primera hace el trabajo. En fin. Y sigue con otras donde el azar toma una importancia expuesta a la máxima potencia. Visualmente agradable y sofisticada en las tomas, encuadres y efectos de luces. Menos mal que no termina en tragedia y ninguna historia acaba drásticamente, habría sido gratuito, aunque no imposible. Ya se sabe, este término no existe en esta película.