Decían que debería llamarse como en el original, "Caza", sin el artículo delante. Bueno, quedaría más equívoco, y la película no es ambigua. Se trata de perseguir a un hombre por una acusación de abuso sexual un tanto difuminada, que hace una niña de 4 o 5 años, a la que le dan las respuestas que se quieren oír.
El retrato de la exclusión es lo mejor de la película (escribe Yago García que tal vez el guión peque de misoginia). Todo un pueblo, una comunidad, que te ha declarado la guerra, todos (salvo un amigo y tu hijo) quieren castigarte. Las dudas surgen incluso con tu pareja. La inocencia sospechosa de la niña, convertida de una niña inocente en un monstruo. La parte más floja, porque además la ventila con un avance temporal sin desarrollar su transcurso, es verlo integrado de nuevo. El juez y la policía han rechazado la acusación. Sin embargo, está bien el final, porque te alerta de que en el fondo la comunidad no olivida y te sigue considerando culpable. Sino todos, algunos.
Película interesante y dura, que cuenta con la destacada actuación de Mads Mikkelsen.
Ya nos lo dijeron las holandesas que tuvimos de visita en el puente de mayo.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Estremecedora,
magnífica interpretación de Mads Mikkelsen que forja un personaje sin fisuras.
En algunos momentos te parece estar volviendo a revivir el ambiente sofocante
que desarrollaba Haneken en “La cinta blanca”, actualizado a un presente en el
que la maldad sigue colándose entre las
esquinas de un pueblecito aparentemente tranquilo y feliz. Es más simple en sus planteamientos,
encubre menos aspectos filosóficos, pero
llega a presentar la esencia del mal
consustancial con la naturaleza humana,
capaz de lo mejor y lo peor. El desencadenante de esa caza de brujas contra un
pretendido pederasta, es la acusación de una niña que,
manipulada por los adultos, acabará convirtiendo la vida del
protagonista en una pesadilla. Final
inquietante.