Esta película hecha a cuatro manos es una de las grandes sorpresas de la temporada, por ser paraguaya y por ser como es. Se han buscado filiaciones con Tarantino y los Coen, pero su universo en tan peculiar que la convierte en algo distinto. El espacio es una mercado, el conocido, por lo visto, Mercado 4 de Asunción. Por allí pululan todo tipo de personajes y mercancías en un laberinto que podría ser todo menos sofisticado, aunque se vendan móviles de precios inalcanzables y tecnología avanzada.
Un móvil es el desencadenante de este thriller, un móvil como objeto de representación, como objeto codiciado. Los personajes que aparecen, todos, desde los coreanos hasta una vendedora bombón, son genuinos. Es posible que nos perdamos parte de su ágil guión, igual que la cámara, porque allí se habla una mezcla de español y guaraní que necesita subtítulos. Humor, tensión, amor, persecuciones disparatadas, no con coches, con carros arcaicos para llevar mercancías. Original y peculiar. En Metrópolis le dieron 5 estrellas.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Segunda
película paraguaya que llega en estos últimos años a las salas madrileñas,
mientras la primera “La hamaca paraguaya” vino precedida por tremendas
alharacas de la crítica y a mí me pareció un tostón, sin ningún interés; 7
cajas es en cambio todo lo contrario,
una película con un ritmo frenético que se desarrolla entre los callejones y
puestos del Mercado 4 de Asunción, utilizando unos medios muy reducidos y unos
fabulosos actores noveles.
Un
joven carretillero que sueña con salir en la televisión va a verse envuelto en
una trama surrealista de asesinatos y matones chapuzas que recuerdan a los
personajes de Mortadelo y Filemón. Persecuciones alocadas, historias de amor y
un trasunto que se va desvelando para
dejar atados todos sus cabos, al tiempo que se contagia de un gusto por
la sangre fácil al estilo Tarantino.
Sorprendente, especialmente por venir de
una cinematografía, la paraguaya, prácticamente inexistente.