
A Lía, sobre todo, y a Ana no les gustó; no le cogieron el sentido, la ironía y las insinuaciones juguetonas de la película. A estas alturas de su carrera, como a Oliveira, Alain Resnais no tiene nada que demostrar y hace lo que le viene en gana. De todas formas, no es una película tan surrealista y abstracta. Tiene un desarrollo comprensible, partiendo de un supuesto peculiar (el deseo de conocer a alguien del que has encontrado un objeto robado). Si lo aceptas, la narración tiene su crescendo, su lógica, particular, eso sí, y una sucesión de escenarios interesantes y sugerentes (las casas de los protagonistas) Al final la relación entre los dos protagonistas-el hombre que encuentra la cartera y la mujer propietaria de ésta- llega a un grado de descontrol que termina dando motivos a Alain Resnais para alcanzar en las últimas escenas la parte más libérrima y hasta gamberra, utilizando un avión que da volteretas en el aire, como si fuera el baile de un cortejo.
Lo que opina Ana:
Una historia de amor fou típicamente francesa, la nouvelle vague atacando de nuevo.
Comienza bien, voz en off, relato sin rostro protagonista, el anzuelo queda echado y parece que puede atrapar al público sentado en su butaca, pero en vez de tensar la línea, el encanto se rompe y el pez no consigue morder el anzuelo. Una pena desperdiciar algo potencialmente interesante.
Lo que opina Ana:
Una historia de amor fou típicamente francesa, la nouvelle vague atacando de nuevo.
Comienza bien, voz en off, relato sin rostro protagonista, el anzuelo queda echado y parece que puede atrapar al público sentado en su butaca, pero en vez de tensar la línea, el encanto se rompe y el pez no consigue morder el anzuelo. Una pena desperdiciar algo potencialmente interesante.