domingo, 23 de enero de 2011

También la lluvia. Directora Icíar Bollaín


Otra película que peca por exceso, como Beatiful, pero por otras razones. En este caso es por mezclar historias, que durante un tramo de la película van bien y luego al soltarse la ligazón, deja la película desequilibrada. Toda la parte final, la de la guerra del agua es un exceso, a veces un poco impostado: el dramatismo de la madre pidiendo a Luis Tosar (Costa) ayuda para buscar a su hija; ese viaje alucinante por las calles de Cochabamba convertidas en escenario de una batalla campal, mientras que un 4 por 4 blanco, recorre sus calles abandonadas, como el caballo de Costa Gavras en "Desaparecido" galopaba por las calles de Santiago de Chile, pero allí era metafórico, aquí tiene intenciones de verosimilitud; peor, mucho peor. Yo no sé si esta ambición de Bollaín se deberá a su nuevo guionista, Paul Laverty, pero desde luego perder el pulso, el paso y el tono es mala cosa, y en esta película el recorrido final, perse a la emoción y solidaridad que quiere insuflarnos la directora, dentro de esta cinta no va, la pierde.
Lo que opina Ana:
Son muchas las pretensiones y es difícil lograrlas. Lo que más me atrae es la parte histórica, la película sobre los primeros tiempos de la colonización, las terribles penalidades que sufrieron los indios a mano de los españoles, hay fuerza en las imágenes y en el relato; las cosas se complican al ligarlas con otra lucha actual, la de los campesinos en defensa del agua que les quieren arrebatar, entonces los personajes se desdibujan, no te hacen sentir con la misma intensidad, todo se resuelve como si fuera artificio, se circunscribe a transmitir un mensaje teórico cargado de buenas intenciones.