
Es tan aparatosa que tienes que hacerte a ese estilo grandilocuente y efectista. Imágenes que buscan quedarse en la retina. No me gusta este tipo de cine, pero reconozco que en el caso de Vincere, el director aborda la historia con determinación; la pequeña historia, la de la amante Ida Dalser; y la gran historia, la de la llegada del fascismo a Italia, de la mano de la figura bufa de un dictador que no era de mentira, Mussolini. En esta parte, las imágenes de la época que se utilizan, aunque muy cortas, son tremendamente elocuentes. Película útil para proyectar en las clases de los institutos.
Lo que opina Ana:
Le pierde al director el ritmo grandilocuente, todo es desmesurado, desde el hilo narrativo que avanza dando saltos confusos, hasta el planteamiento de planos y encuadres. A veces consigue un efectismo dramático y bello, pero en la mayoría de los casos, el relato es demasiado artificioso. Lo mejor, las imágenes reales de época, ver al auténtico Benito Mussolini y su negra Italia, pone los pelos de punta.