sábado, 6 de febrero de 2010

En tierra hostil. Directora Jason Reitman



Puede que esta película tenga éxito en EE.UU porque deja las culpas y los errores, las atrocidades y las desgracias muy diluidas. No hay mandos brutales, las tropas USA antes de disparar un tiro advierten, gritan, amenazan, pero no disparan. No hay una sola secuencia que acuse a los marines. Ellos son los acosados. En este aspecto la película es perfecta. Desde todos los lados, de mil formas, de cualquier esquina llega la muerte. Los insurgentes, palabra clave, son todas las personas y cada objeto esconde una trampa mortal. Esa sensación, es cierto como escribe Jordi Costa, está conseguida. Pero debería haber algo más. El final también elude tratar la razón de la guerra, no acusa, no hurga en la herida; deja en la elección individual seguir en ese mundo hostil. "En el valle de Elah" había más valentía.
Lo que opina Ana:
El título en español acierta al transmitir la sensación principal de la película, todos son enemigos en un frente sin sentido, los soldados invasores se la juegan a diario en Irán, una interpretación acertada del original en inglés que es mucho menos preciso (The hurt locker).
Una visión diferente de la intervención yankee en Oriente Medio, no se analizan las razones, no aparecen como salvadores, la directora se mete en el día a día de un grupo de artificieros que se juegan la vida cada vez que salen de su campamento. Es capaz de crear sensaciones muy íntimas de lo que pasa por sus cabezas utilizando únicamente imágenes, sin discursos ni argumentaciones, como por ejemplo la que sentimos al ver al protagonista meterse vestido en la ducha intentando arrastrar con el agua la suciedad externa y limpiarse hasta el alma. Consigue también hacernos ver cómo la guerra se ha convertido para algunos de estos hombres en su última razón de ser, ya no son capaces de vivir como ciudadanos normales, necesitan el subidón de adrenalina que les hace sentirse vivos, la guerra es una droga, esa es la tesis de la película y la defiende sin buscar nada más.
Lo que opina Ana:
El título en español acierta al transmitir la sensación principal de la película, todos son enemigos en un frente sin sentido, los soldados invasores se la juegan a diario en Irán, una interpretación acertada del original en inglés que es mucho menos preciso (the hurt locker).
Es una visión diferente de la intervención yankee en Oriente Medio, no se analizan las causas, no aparecen como salvadores, la directora se mete en el día a día de un grupo de artificieros que se juegan la vida cada vez que salen de su campamento. Es capaz de crear sensaciones muy íntimas de lo que pasa por sus cabezas utilizando únicamente imágenes, sin discursos, ni argumentaciones, como por ejemplo la que sentimos al ver al protagonista meterse vestido en la ducha intentando arrastrar con el agua la suciedad externa y limpiarse hasta el alma. Consigue también hacernos ver cómo la guerra se ha convertido para algunos de estos hombres en su única razón de ser, ya no son capaces de vivir como ciudadanos normales, necesitan el subidón de adrenalina que les hace sentirse vivos, la guerra es una droga, ésa es la tesis de la película y la defiende sin buscar nada más.