viernes, 20 de febrero de 2015

Siempre Alice. Dir. Richard Glatzer y Wash Westmoreland

Esta película tiene el mérito y la notoriedad de contar con una actriz que es la máxima candidata a los Oscar. Es tanta la diferencia de interpretación entre ella y los demás, que los secundarios parecen aficionados.
La película es correcta y se mantiene por el peso enorme que tiene en ella Julianne Moore. Sin esconder lo terrible de la enfermedad, no llega en el desenlace hasta donde lo llevó Haneke en "Amor". La propia contención de la película no le permite ese final, sólo algunas tentativas que no desbordan la vida organizada de esta familia burguesa.
Lo que opina Ana:
La película es Julianne Moore, todo gira en torno a ella. Está nominada al óscar por esta interpretación y realmente se lo merece, compone un personaje sin fisuras. La historia está bien contada, vamos asistiendo desde el otro lado de la pantalla al drama íntimo de esta familia que se ve golpeada por la llegada de una enfermedad terrible, capaz de destruir el paraíso particular en que vivían hasta entonces. Sobran las miradas al pasado, poco aportan a la historia. Sí es en cambio muy interesante la relación entre la enferma y su hija menor, y la cobardía y egoísmo  que demuestra el marido para afrontar la nueva realidad que les ha traído el alzhéimer.


Red Army. Dir. Gabe Polsky

Documental muy valorado (Carlos Boyero; cuatro estrellas en Metrópoli). Se basa en el testimonio de Slava Fetisov, capitán del equipo de hockey de la URSS  durante el final del estalinismo hasta los años ochenta.
Da gusto ver cómo juega el equipo, puro arte, imaginación y movimiento. Todo conseguido con un entrenamiento muy exigente, pero respetando al jugador. A tal equipo corresponde un entrenador único, Tarasov, que buscaba ayuda en el ajedrez y en el ballet. Cuando es relevado por otro, Victor Tikonov, además del KGB, más duro e inflexible, comienza el distanciamiento con el equipo.
La parte política en el documental es tan importante o más que la deportiva. Estos jugadores representan al comunismo, y sus victorias contra equipos canadienses y estadounidenses son contra el capitalismo. Los jugadores son tratados como máquinas. El régimen lo exige todo.
Poco a poco según van pasando los minutos, lo que debería ser una alabanza a un equipo de ensueño, se convierte en una crítica al régimen comunista.
Una parte interesante es ver lo mal que lo pasaron estos campeones cuando fueron a jugar al hockey americano. Eran tratados como enemigos, como espías infiltrados. Además el tipo de juego no tenía nada que ver, más brusco, individual y agresivo.
Me queda la duda de saber qué opina el protagonista de Putín, que también fue del KGB, y para el que trabaja ahora como ministro de deportes. Pero en eso no entra, no quiere. Es más fácil criticar a un régimen fenecido.
Lo que opina Ana:
Documental  sobre el extraordinario equipo de hockey de la URSS conocido como Red Army, un icono de la vida soviética, estandarte del país, modelo a seguir, integrado por un conjunto de atletas/artistas que hicieron de ese deporte una exhibición de ballet. Habla de las penurias que tuvieron que pasar, de su vida espartana, de sus convicciones y su orgullo patriótico, de la fuerza del equipo y de cómo ese mundo se fue destruyendo al tiempo que caía la URSS.

Interesa hablar de los sentimientos, especialmente el hondo desclasamiento que sufrieron estos mitos al  desaparecer la URSS y quedarse desamparados, ofrecidos como deportistas de élite a los equipos estadounidenses, donde no acababan de encajar. El relato se centra en la figura de su capitán, hombre de firmes principios que al final regresó a la Rusia de Putin para ponerse al frente del Ministerio de Deportes. Es asombroso su parecido, ya mayor, con Felipe González. La película deja un poso amargo, como la propia historia de la Unión Soviética, fracasada en su intento de crear un estado comunista y enredada ahora en las manos de un nuevo tirano con ambiciones imperialistas, aunque de eso no se diga nada.

sábado, 14 de febrero de 2015

Nightcrawler. Dir. Dan Gilroy

Película con nervio (también cuatro estrellas en Metrópoli, merecidas), intensa, con un Jake Gyllenhaal estupendo en su papel de buitre de la noche, despiadado, a la caza de la noticia de impacto, de la imagen sobrecogedora, y si no la consigue es capaz de provocarla, aunque para ello deban caer víctimas, mientras él pueda grabarlas con su cámara.
Denuncia de los reality show, que comparados con lo que se ve en Los Ángeles, aquí parecen angelitos divinos. Personas sin barreras morales. Sociedades de consumo de la desgracia ajena y de la violencia extrema.
Puede que el recorrido del personaje principal, de ladrón de chatarra a cámara sea demasiado rápido, pero su representación despiadada es veraz y contundente. Buen guión (era el oficio del director) y buen estreno para un nuevo realizador.
Lo que opina Ana:
Cercana a “Crash “en sus escenarios, nos presenta una historia demoniaca en la noche de Los Ángeles. Una película que habla de la prensa amarilla y su falta de moralidad. Un buscavidas trepador, aprende el oficio de “voyeur” para venderle a una emisora de noticias local las imágenes  más  sensacionalistas que se puedan capturar durante la noche , es un joven sin escrúpulos que encuentra su alter ego en una madura editorialista, ávida de carnaza e igual de desalmada que él. Está brillantemente interpretada por Jake Gillenhaal, muy lejano de aquel cowboy de Brokeback Mountain que le dio fama mundial. Sales asqueado del cine, con sus imágenes golpeándote como un escupitajo, sabiendo que puede ser reflejo de algo muy real.

Timbuktu. Dir. Abderrahmane Sissako

Las buenas críticas de Boyero y las cuatro estrellas de Metrópoli me hicieron pensar que iba a ver una de esas películas que dejan una gran impresión, pero no ha sido así. Me parece un poco indefinida en su desarrollo. Claro que queda reflejada la sinrazón yihadista, una retahíla de prohibiciones sin cuento para amargar la existencia, a las mujeres (obligándolas a cubrirse hasta las manos), a los jóvenes, con no jugar al fútbol (excelente la secuencia del partido sin pelota), y a la gente en general (con la prohibición de hacer y escuchar música). Esto queda bien reflejado, pero es confusa la historia principal, la del pescador y la del ganadero y no tiene claramente que ver con lo que se está contando;no sabemos por qué lapidan a dos personas: allí aparecen sus cabezas apedreadas sin explicación previa. Tal vez las metáforas de los pueblos del desierto no coincidan con las criterios racionalistas míos. Eso de presentar a Tumbuctú como una arcadia de paz, de libertad y de disfrute de la vida puede que sea exagerado. El papel y significado de la mujer loca con el gallo también se me escapa. Vi la película sin entusiasmo y sorprendido de las buenas críticas.
Lo que opina Ana:
Se ha estrenado en España  tras pasar por Cannes y ser nominada al óscar a la mejor película extranjera, ¡confío en que no pierdan los estribos y se lo lleve! Sería una auténtica aberración compitiendo con joyas como Ida o relatos salvajes, así como también con Leviatán, cualquiera de ellas infinitamente mejores que esta peliculita a la que le faltan muchas cosas para ser considerada una gran obra. Los personajes no tienen consistencia, el matrimonio de las dunas que quiere representar la libertad, resulta poco creíble, la especie de sacerdotisa colorista que vaga con su gallo por las calles de Tombuctú, entre los recios soldados islamistas que no se atreven a contradecirla en nada, es un personaje incomprensible en medio de lo que el director pretende contarnos, un mundo  reprimido y dominado por el terror talibán. Muy simplista y falta de matices. La fotografía resulta a veces demasiado empalagosa.

domingo, 8 de febrero de 2015

Camino a la escuela. Dir. Pascal Plisson

Sala pequeña y poco tiempo de permanencia, es lo que pasa con estos documentales poco comerciales.
Interesante para contrastar realidades, para observar otras formas de vida, para descubrir otras geografías. Aparte del esfuerzo que supone para estos niños acudir a la escuela, también vemos la voluntad de sus padres de facilitar a sus hijos una educación que les abra las puertas a otros futuros. Y ellos sueñan y casi siempre sus sueños sirven para ayudar a otros con sus conocimientos. Son solidarios. Por lo tanto, dejando de lado las pegas que tiene su realización y la diferencia de intensidad entre las historias que se cuentan, es muy recomendable que otros chicos que no viven en estas situaciones vean lo que hacen en otros lugares y otras circunstancias y luego que piensen y opinen. Primero que conozcan.

'71 Dir. Yann Demange

'71 es una película de acción, de contenido político, pero sin preámbulo histórico ni epílogo aclaratorio.
Después de una breve presentación de la formación de un soldado británico destinado a operaciones especiales y de una escueta parte dedicada a mostrarnos su vida civil durante un permiso, en la que vemos a este soldado Hook (Jack O'Connell) con un chico que puede que sea su hijo, nada se nos dice, y al que deja después de pasar el día con él en un centro de acogida o algo así, se interna con su compañía en la confusa realidad de Irlanda del Norte, y más concretamente en el infierno de Belfast a comienzos de los 70. Efectivamente, un auténtico calvario va a vivir Hook cuando quede aislado por culpa de una operación mal planeada y preparada por sus mandos. Cruzas de calle y estás en el bando contrario. Sin darte cuenta te odian a muerte, pasas por un callejón y te topas con un niño como su hipotético hijo, que es un experto combatiente y ejerce de capitán de la tropa. Bombas, pistolas, piedras, machetes, La guerra total. Una enrevesada situación política y religiosa llena de trampas y traiciones. El soldado se ha dado cuenta que no se puede fiar de nadie y que sus compañeros son sus enemigos y que sus enemigos le perdonan la vida.
La única pega que le pongo a la película es que hay un poco de regodeo en las escenas cruciales en las que se decide la vida o la muerte.
Lo que opina Ana:
Angustiosa entrada en el corazón del Ulster para un recluta novato que irá descubriendo la realidad de una guerra en la que participará de lleno cayendo en una emboscada que lo convertirá en una presa a batir por todos los contrincantes. La película tiene un ritmo trepidante, es un thriller en el que no se da tregua al espectador que no deja de removerse en el asiento, sintiendo la opresión del protagonista, encerrado y acechado en un laberinto de callejuelas inhóspitas. El director ha elegido un buen camino para desarrollar la historia, nos la cuentan los ojos de ese infeliz que se siente como una presa herida y que lucha por la supervivencia como si estuviera en medio de la jungla. Sin necesidad de grandes discursos, comprendemos la confusa situación en la que está metido, las divisiones internas entre los nacionalistas, el odio entre los dos bandos enfrentados, la violencia que impera en el Ulster. Brillantes interpretaciones y ambientación. Lo único que sobra son las referencias a la vida personal del recluta y algún exceso en la tensión final.