El guión, también del director, ha sido premiado en los Oscar y los Globos de Oro.
Es un película de más de dos horas y en ellas asistimos a una historia de amor, con la peculiaridad de que la chica es un sistema operativo de inteligencia artificial. Puede que se convierta en una película de culto, no de las raras y difíciles, sino de las que gustan a la gente (el cine estaba lleno) por presentar un mundo futuro, pero asumible. Tal vez no esté tan lejos: paisajes urbanos futuristas, limpios, apolíneos, como abstractos, rascacielos, pero también pasillos de metro, zonas comerciales y la gente que pasa hablando a un aparato.
En esta película, la sociedad que representa no hay lucha de clases, parece que no existe el paro, el hambre, la inmigración, la delincuencia; sólo hay problemas individuales, de relación. El hombre, y la mujer, es incapaz de establecer relaciones afectivas con otro, por lo complejo que es formarlas y mantenerlas, y la solución son estas voces que nos atienden en los móviles y los ordenadores. Nos conocen muy bien, están pendientes de nosotros y además se muestran afectivos. Incluso se puede practicar sexo, sin contacto físico. Parece que ese futuro está a la vuelta de la esquina. La voz de Scarlett Johansson es imposible de igualar. De ella nos enamoraríamos seguro, aunque no supiéramos lo estupenda que está en la realidad.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Interesante incursión en una ciencia
ficción muy creíble y cercana. Buen guión, buena interpretación, imprescindible
verla en versión original, ya que la voz de Scarlett Johanson dando vida a la inanimada Samantha, es
intraducible, no se puede versionar, está llena de matices, es sedosa y
envolvente, realiza un trabajo imprescindible en la película. A pesar de la
atmósfera futurista, nos movemos en el campo de unos sentimientos que no han
variado, las grandes pasiones humanas permanecen inmutables como verdades
universales, desde el principio al fin de los tiempos. Bajo el aspecto de
comedia, se encierra una gran tristeza y soledad.