Gravity es un peliculón, pero le sobran los 10 minutos finales. Escribe Javier Ocaña (que para las alabanzas que dirige a la película, su columna donde escribe su crítica, se hace diminuta; Alberto Bermejo en Metrópolis, con el mismo signo admirativo, le da 5 estrellas, le dedica una página entera) que todo es carne, que no le ocurre lo que a la "Vida de Pi", que el comienzo y el final alargaban la película, perjudicándola.
La visión en 3D refuerza la sensación de amplitud, de ingravidez y de movimiento, porque en esta zona del espacio, donde las cosas y los cuerpos flotan, adquieren, sin embargo, una velocidad increíble, que no coincide con ese estado no gravitatorio.
La historia es sencilla, la manera de contarla, magistral. Hay secuencias en las que no tienes preparados los sentidos para tanto despliegue de imágenes generales, particulares, acción trepidante y diálogos necesarios. Ocurre como se entraras en el torbellino donde la tempestad se desencadena y no eres más que un muñeco al que llevan de un lado a otro.
El guión es otro ejemplo de adaptación a los propósitos del filme, narrar una acción rutinaria para quien la hace, que sale mal, con la diferencia importante de que estás en el espacio y con un campo muy limitado de acción. Cuarón no busca la trascendencia mediante discursos y reflexiones profundas; la vida allá arriba tiene mucho de épico y de místico, pero el director lo muestra de una manera solapada, sin cargar las tintas, porque no hace falta: el lugar, el suceso y los personajes (con las heridas sentimentales y emocionales que tenían en la Tierra), nos lo van mostrando.
El final podía haber quedado abierto, en el último cohete espacial, con el paracaídas abierto, y bajando. El espectador debe cerrarla, si quiere. Volver a meter en apuros a la protagonista (Sandra Bullock, perfecta), con lo que ya ha pasado y superado, es redundante. Tal vez sea la concesión comercial que hay que hacer para que no se quede en disfrute de minorías.
Lo que opina Ana:
Lo que opina Ana:
Guión
impecable, imágenes impresionantes, tensión in crescendo, acierto al elegir como protagonista a una
heroína moderna, capaz de sobreponerse a todo y luchar sin desfallecer. Esos
mundos interestelares no están hechos para gente corriente, hoy por hoy los
astronautas son aventureros cualificados que unen unas condiciones físicas
envidiables con una preparación
científica abanderada. Yo no me siento uno de ellos, por muy hermosa que
sea la vista desde tan alto, me gusta tocar el suelo y respirar el aire aunque
sea contaminado.
Es
una pena que se haya elegido rematar tanto un final que debería haber
concluido al desplegarse el paracaídas. Sobran las escenas acuáticas.