sábado, 26 de octubre de 2013

El médico alemán. Dirª Lucía Puenzo

Carlos Boyero la calificaba de extraña y atractiva. Puede que tenga razón. A mi me parece interesante. Vamos a pasar por alto la coincidencia inicial del encuentro de una familia argentina con el protagonista en una ruta solitaria, la ruta del desierto, que los llevará al pie de los Andes, a Bariloche. Ese encuentro marca toda la película, porque pone en relación a Mengele con su objeto de estudio y ensayos, toda la familia, especialmente una niña de 12 años que tiene el cuerpo de una de 8.
Está bien contada y muestra, lo que más me llamó la atención, la red de apoyos y su implantación en una fecha tan tardía como 1960 de antiguos nazis, que todavía, 15 años después, son admirados y venerados por los círculos alemanes y allegados en América Latina y, por supuesto, con la complicidad de los gobiernos.
En el personaje de la niña, que está bien interpretada, recaen demasiadas responsabilidades. Es una niña despierta y lista, pero convertirla en testigo, intencionado o no, de lo que ocurre en la película es un poco exagerado. Ella está en todos los lugares donde sucede algo importante. Tampoco favorece a la película que se convierta en la narradora ocasional desde un futuro impreciso. No me gustó asimismo el preciosismo compositivo en algunos encuadres, ni de la naturaleza ni de las escenas con personajes. La historia no los necesita. Aun así, son asuntos que no distraen de lo principal: los nazis y su refugio precioso en América Latina. Solo tienen que temer al Mossad. Alex Brandemülh hace un buen papel como Mengele.
Lo que opina Ana:
Película narrada  a través de los recuerdos de la niña protagonista, de manera que se queda más en el plano de los sentimientos personales que en el del análisis objetivo de los hechos. Lucía Puenzo compone una historia que va volviéndose más inquietante a medida que vamos comprendiendo la dimensión maligna de ese médico alemán tan educado y suave y cuando salimos de la historia de ficción para comprender el papel que jugaron algunos países latinoamericanos como refugio de nazis. Es escalofriante ver esas comunidades arias de expatriados poderosos, que siguen inculcando sus principios en  sus colegios , que siguen demostrándose su solidaridad , que se tapan y se protegen, de manera que el propio Joseph Mengele consiguió desvanecerse y escapar del único peligro real, el rapto por parte del servicio de espionaje israelí, que a punto estuvo de atraparlo, pero que se le esfumó de las manos.

Prisioneros. Dir. Denis Villeneuve

El primer día de la fiesta del cine no había entradas; al día siguiente, 22, a primera hora de la tarde, lo conseguí.
Había visto de este director la película "Incendies", y, aunque tenía algunos excesos, estaba bien mostrado el drama de una mujer en Oriente Próximo que se ve azotada por querer amar a alguien a quien la familia veta, y todo envuelto en una guerra continua. El final era una pirueta inesperada, pero lo anterior compensaba.
En esta no veo la fuerza dramática de "Incendies", ni el mensaje está claro y el final se resuelve por la acumulación de casualidades. Cuenta con actores de tirón, Hugh Yackman es el reclamo principal, es una producción de Hollywood, con presupuesto generoso, pero todo esto no supone que el producto final sea mejor.
Ha tenido buenas críticas (en Metrópolis le dan 4 estrellas y está en el 2º puesto de las mejores). A mi no me parece para tanto. Normal, de ver y no impresionar. El mensaje de crítica a los comportamientos derivados de una religiosidad extrema, está un poco tapado, tal vez en un thriller tenga que ser así. Lo que más destaco es el miedo a lo desconocido, al otro, en los ambientes rurales de los EE.UU., mezclado con una filosofía de lo individual frente a lo colectivo, de contar solo con los tuyos. Esto explica esa relación indisoluble entre las armas y los estadounidenses. 

domingo, 13 de octubre de 2013

Gravity. Dir. Alfonso Cuarón

Gravity es un peliculón, pero le sobran los 10 minutos finales. Escribe Javier Ocaña (que para las alabanzas que dirige a la película, su columna donde escribe su crítica, se hace diminuta; Alberto Bermejo en Metrópolis, con el mismo signo admirativo, le da 5 estrellas, le dedica una página entera) que todo es carne, que no le ocurre lo que a la "Vida de Pi", que el comienzo y el final alargaban la película, perjudicándola.
La visión en 3D refuerza la sensación de amplitud, de ingravidez y de movimiento, porque en esta zona del espacio, donde las cosas y los cuerpos flotan, adquieren, sin embargo, una velocidad increíble, que no coincide con ese estado no gravitatorio.
La historia es sencilla, la manera de contarla, magistral. Hay secuencias en las que no tienes preparados los sentidos para tanto despliegue de imágenes generales, particulares, acción trepidante y diálogos necesarios. Ocurre como se entraras en el torbellino donde la tempestad se desencadena y no eres más que un muñeco al que llevan de un lado a otro.
El guión es otro ejemplo de adaptación a los propósitos del filme, narrar una acción rutinaria para quien la hace, que sale mal, con la diferencia importante de que estás en el espacio y con un campo muy limitado de acción. Cuarón no busca la trascendencia mediante discursos y reflexiones profundas; la vida allá arriba tiene mucho de épico y de místico, pero el director lo muestra de una manera solapada, sin cargar las tintas, porque no hace falta: el lugar, el suceso y los personajes (con las heridas sentimentales y emocionales que tenían en la Tierra), nos lo van mostrando.
El final podía haber quedado abierto, en el último cohete espacial, con el paracaídas abierto, y bajando. El espectador debe cerrarla, si quiere. Volver a meter en apuros a la protagonista (Sandra Bullock, perfecta), con lo que ya ha pasado y superado, es redundante. Tal vez sea la concesión comercial que hay que hacer para que no se quede en disfrute de minorías.
Lo que opina Ana:
Guión impecable, imágenes impresionantes, tensión in crescendo, acierto al elegir como protagonista a una heroína moderna, capaz de sobreponerse a todo y luchar sin desfallecer. Esos mundos interestelares no están hechos para gente corriente, hoy por hoy los astronautas son aventureros cualificados que unen unas condiciones físicas envidiables con una preparación  científica abanderada. Yo no me siento uno de ellos, por muy hermosa que sea la vista desde tan alto, me gusta tocar el suelo y respirar el aire aunque sea contaminado.

Es una pena que se haya elegido rematar tanto un final que debería haber concluido  al desplegarse el paracaídas. Sobran las escenas acuáticas. 

Gloria. Dir. Sebastián Lelio

Me llama la atención el repentino cambio de país y de profesión del director; después de presentar esta película en el festival de Berlín, donde la protagonista obtuvo el Oso de Plata, él se quedó a vivir allí y de un restaurante. En fin.
Gloria es una película especialmente dirigida a personas mayores, de por lo menos cuarenta y tantos. Cuenta las aspiraciones a conseguir la felicidad de una mujer que se acerca a los 60 años, ya sin obligaciones familiares, pero que no está dispuesta a recluirse. El amor forma una parte esencial de su proyecto, y, a esas edades una relación que no sea rutinaria cuesta mucho. La película no omite la parte sexual de las relaciones, y la actriz, Paulina García es la más expuesta.
La historia, bien contada, muestra la soledad de esta mujer divorciada. Su familia tiene su vida, la soledad le pesa, aunque no está dispuesta a perderla a cualquier precio. Otro rasgo de su carácter es su romanticismo, las canciones que se sabe de memoria hablan de amor, de esperar, de deseos. Finalmente, a esa edad otra vez, tiene que hacer valer su independencia frente a una relación frustrada. Ese es su mensaje.
No creo que tenga un gran éxito de público. Lo que cuenta está muy localizado en un grupo de gente y lo que trasmite tampoco se eleva a valores universales. Una historia cotidiana, cada vez más frecuente.
Lo que opina Ana:
Película sostenida por una interpretación impecable de Paulina García que nos lleva hacia el interior de sus miedos, a compartir su lucha por seguir viva a las puertas de la vejez, cuando toda la vida construida anteriormente parece desvanecerse y la soledad   es una compañera a rechazar.

Los tiempos son lentos, la historia se cuenta a ritmo de miradas, canciones y amplias bocanadas de cigarrillo que ayudan a rellenar la mente. Se habla de gente normal, no hay héroes ni heroínas , se elige una edad difícil  sobre la que hablar, no es una película de masas, cuenta una historia mínima pero con verdades universales, en la que la mujer es protagonista y sale mejor parada que los hombres que la rodean.

sábado, 12 de octubre de 2013

Las brujas de Zugarramurdi. Dir. Álex de la Iglesia

¿Pesa más el envoltorio que el contenido en las películas de Álex de la Iglesia? Desde luego es dueño absoluto de los recursos de puesta en escena y medios técnicos para montar grandes montajes, con muchos figurantes y vertiginosos movimientos de cámara.
El trasfondo de la guerra de sexos se hace más pesado cuando más explícito es, y resulta un complemento perfecto cuando se usa de forma cómica y grotesca en un marco general. Por eso la primera parte, la que transcurre hasta que llegan a Zugarramundi es más ligera, más dinámica, más entretenida; la de la brujería, baja su fuerza, a pasar de contar con las partes más espectaculares, las del aquelarre final de la cueva, porque no avanza y gira en torno a la esperada aparición de la diosa madre, la Gran Venus. 
Los observadores finos como mi compañero Juanjo han visto las referencias visuales que hay, tanto a películas suyas (El día de la bestia), como a  ajenas (El Señor de los Anillos).
Película entretenida, que busca atraer con algo más que recursos superficiales y manidos, arriesgando y manteniendo el espectáculo.
Lo que opina Ana:
Delirante comienzo con el atraco surrealista a un establecimiento de compra venta de oro en la Puerta del Sol de Madrid, perpetrado por unos mimos vivientes llenos de energía. Este ritmo trepidante se va apagando a medida que su huída les lleva al encuentro con unas brujas modernas que siguen practicando aquelarres milenarios en medio de las cuevas navarras de Zugarramundi. En esta segunda parte se quiere mantener el ritmo a base de disparates que mezclan una gigantesca diosa madre, devoradora de niños, como Saturno, inspirada en la estatuilla de la Venus de Willendorf. Acabas diciendo, “se está pasando de la raya, qué pena tanto desvarío” Como siempre, cuenta con una dirección de actores modélica, sabe sacar lo mejor de cada uno de ellos, Mario Casas borda su papel  de tontito guaperas.