domingo, 18 de noviembre de 2012

En la casa. Dir. François Ozon

Vuelven los franceses a las aulas, aunque en este caso usando como base el guión del dramaturgo español y antiguo profesor de instituto Juan Mayorga. No tiene esta película ninguna vocación de denuncia del sistema ni de las diferencias sociales existentes ni de la exclusión de alumnos difíciles, escoge este mundo porque es el que mejor le permite desarrollar la relación maestro-aprendiz, en este caso en el plano literario, usando como argumento la intromisión del narrador en la vida de una familia burguesa francesa. Es estos tres planos: instituto, familia, relación profesor-alumno se desenvuelve la trama, que aparentemente no parece ir más alla de la queja consabida del profesor veterano sobre la falta de cultura y de disposición de sus alumnos, pero la aparición de una excepción desencadena un juego de realidades múltiples que se interfieren e influyen, hasta alterar completamente la posición de quien aparecía en el estrado más invulnerable y elevado: el profesor. Lo mejor de la película es, aparte de las inclinaciones profesionales que puedan mostrar literatos y profesores de literatura, la agilidad y consistencia de todo el engranaje. Así le fue reconocido en San Sebastián con la Concha de Oro y el premio del jurado al mejor guión. No conviene dejar de lado el papel que juega la banda sonora compuesta por Philippe Rombi, una sintonía repetida, aparentemente banal, pero que crea y ambienta las diferentes situacines y es otra muestra de la dualidad de la película: una comedia con la tensión de un drama.
Lo que opina Ana: Vi la película sin recordar que su director era el mismo de "Potiche" o de "8 mujeres" y me alegró enterarme más tarde, porque si no me habría predispuesto contra ella, pues fueron dos películas que no me gustaron. Ésta, en cambio, se sigue con interés, el guión es ágil, te conduce con acierto por una historia que transcurre dentro de otra historia, es la ficción dentro de la ficción, para intentar encontrarle el pulso a la tensión creativa mientras se juega a traspasar los límites de la ética.
Un profesor de instituto de literatura, frustrado escritor, se encuentra con un alumno lleno de posibilidades, entre ellos se va a establecer un duelo que acabará traspasando el ámbito artístico y que los unirá mientras se va derrumbando el mundo a su alrededor.Tienes la sensación de que François Ozon está jugando contigo, que te manipula como suele hacer en sus películas Michael Haneke, aunque sin utilizar la violencia explícita a a que acostumbra el austríaco. Nadie es intrínsecamente bueno y el fin parece que pueda siempre justificar los medios, Ozon lanza una mirada cínica sobre una vida aparentemente ordinaria.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Argo. Dir. Ben Affleck

Reconocer los méritos de una película es quedarse hasta el final, viendo pasar los títulos de crédito, muchas veces, como en esta, listas interminables de nombres.
La tensión, aun sabiendo el desenlace, es tremenda. Es la mejor virtud de una realización a veces trepidante, compuesta de múltiples visiones, de continuos cambios de plano y de situación, de tal manera que cuando la cámara reposa un poco, la reunión de los huidos en la embajada canadiense, te parece que el ritmo decae.
Puede que tenga alguna cosa criticable. Javier Ocaña se refería a los cliclés de los últimos 20 minutos, sublimando el valor del protagonista (el propio Ben Affleck, que con una caracterización de duro, inmutable a las emociones, no está tan mal como dicen, en un reparto de actuaciones en general muy buenas) y la angustia del desenlace. Yo pienso más en el final, un tanto almibarado, volviendo al seno familiar como la oveja descarriada, después de haberse jugado la vida por su país. Creo que podría haber acabado antes la película, cuando todavía estábamos suspendidos en el asiento por el climax final de la historia del rescate de estos diplomáticos norteamericanos. Bien reconstruida, estupendamente ambientada, es una película política, sin una tesis clara (no antinorteamericana, desde luego), pero con un claro espíritu de reconstrucción histórica: la crisis de los rehenes de 1979, en la era Carter, recién llegado Jomeini.
Lo que opina Ana: Ritmo trepidante, ambientación cuidadísima, guión perfecto, grandes interpretaciones, especialmente las de algunos actores secundarios, como la de Bryan Cranston (el jefe del protagonista), Alan Arkin (el productor de Hollywood) o la de John Goodman (el creador de máscaras y maquillajes especiales también en Hollywood). La trama está presentada con claridad, no te pierdes en ningún momento, la tensión va creciendo y yo al final no podía continuar sentada en la butaca del cine, teniendo que levantarme para manejar la inquietud y ansiedad que sentía dando algún que otro salto al fondo de la sala. Te la crees de principio a fin.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Ruby Sparks. Dirección: Jonatahn Dayton y Valerie Faris

¿Qué hacer cuando un crítico, David Bernal, escribe que es posible que estemos ante un filme de culto, y otro, Alberto Luchini, le ponga una sola estrella; cuando el primero juzga prodigiosa la actuación del protagonista Paul Dano (en el papel del escritor Calvin Weir-Fields), y el segundo que "languidece intentando, sin conseguirlo, imitar a Woody Allen".
La guionista y actriz principal es Zoe Kazan, la nieta de Elia Kazan. La historia cuenta los problemas de un escritor, que ha tenido un gran éxito con su primera novela cuando solo tenía 19 años, para relacionarse con los demás, encontrar pareja y escribir una nueva obra. El escritor, que parece de lo lánguido que está  que sufre una colitis permanente, tiene un perro que se llama Snoopy, como el personaje de Charles Schulz, al que se pasa media película pidiéndole que mee. La pirueta es que imagina un personaje en el papel, que sería la mujer que le gustaría encontrarse, que se hace realidad, pero no solo en el interior de su estupenda casa, de paredes blancas, grandes ventanales, piscina rectangular, diseño y descuido, sino que es real, la ven otros. Este personaje de ficción que ha cobrado realidad no es independiente más que cuando el escritor lo quiere, pues con escribir en el papel de una hoja en su vieja máquina de escribir, ella puede hablar francés, saltar, amar pegajosamente, hacer de perro, etc.
Hay una parte de la película que son una pareja enamorada, incluso visitan a la madre del genio en el sur, California tal vez, y allí aparece como nuevo marido de la madre Antonio Banderas, convertido en un aguerrido y barbudo artista ecológico.¡ Qué casa! El personaje inventado-real cada vez quiere ser más independiente y el novio no sabe cómo encajar esa relación ansiada. Realidad y ficción se descubren y él permite huir al personaje cautivo. Roto por el sentimiento de pérdida escribe una novela que se convierte en un éxito, un nuevo éxito. El final no se lo cuento, pero lo pueden imaginar.
Alberto Luchini miraba el reloj y no pasaba el tiempo, Ana a mi lado bostezaba. Yo la vi pensando cómo no pudieron hacer algo mejor los directores de Pequeña Miss Sunshine.
Lo que opina Ana: Tarda mucho en arrancar esta historia que en un principio paraece una mala comedia televisiva, ganas tenía de levantarme y salir de la sala, sentía que estaba perdiendo un tiempo maravilloso.
El actor principal (Paul Dano) resulta soso y pesado, no sientes la más mínima simpatía hacia él; las conversaciones con su hermano resultan grotescas. Sólo cuando aparece la protagonista femenina (Zoe Kazan, actriz y guionista de la película) empieza ésta a resultar algo menos tediosa y a adquirir un poco de ritmo y sentido.
La pantalla se ilumina con la visita a la casa de la madre y de su alegre nuevo marido, interpretado por un Antonio Banderas cargado de humor.
Una decepción esta esperada vuelta al rodaje de los directores de Little Miss Sunshine.

La pequeña venecia. Dir. Andrea Segre

Lo bueno de esta película está en la parte documental, la que refleja las condiciones de vida, de trabajo, los contratos mafiosos que sufren muchos chinos de los que vemos en cualquier sitio de cualquier pueblo o ciudad de Europa. ¿Qué hace un chino, en este caso una china, en Chioggia, región del Véneto? Pues pagar una deuda, la de su viaje, trabajando en lo que la mafia decide y cobrando lo que le dan y las horas que haga falta, y te preguntas, ¿por qué vendrán si en China se hace todo lo que consumimos? La respuesta solo puede ser una: porque aquí, a pesar de todo, se vive mejor.
Esta parte documental se presenta sin dramatismos, asumiendo la protagonista, Shun Li (Zhao Tao, premio Donatello a la mejor actriz 2012) su condición de esclava moderna. La parte poética está marcada desde el inicio: la película comienza encendiendo velas flotantes en honor de un antiguo poeta, del que esperan dos mujeres chinas que las proteja, y lo hacen, a falta de río, en una bañera, mientras un chino mea en el retrete. La relación con otro llamado poeta, no chino ni antiguo, sino pescador y mayor que ella sirve para mostrar dos cosas: las condiciones de vida de esa población, los pescadores de la laguna, y poner de manifiesto las barreras sociales que se levantan para comprender esa relación. En esto la película me parece más floja, con diálogos semi cómicos y un poco tontos entre los pescadores, además de incluir a algún personaje que no entra bien en la historia, como ese matón de modos y apariencia fascista.
La llegada desde China del hijo ansiado endulza un poco el mal sabor de boca (además deja en una zona misteriosa cómo se produce, pues parece provenir el dinero de la china compañera de habitación de Shun Li, una china de la que lo único que sabemos es que hace taichí en la playa). Javier Ocaña escribe que es una película preciosa. Algo parecido opina la madre de mi compañero Juanjo. No entiendo ese calificativo en esta película.
Lo que opina Ana: Tiene la película dos registros, el poético arranca con una ceremonia en homenaje a un poeta clásico de la milenaria cultura china cuya sombra planeará durante todo el metraje y el realista que nos habla de la explotación de las mafias, así como de la dureza de la vida. Habla de soledad y aceptación del destino y dibuja un amor imposible entre un viejo marinero jubilado y una arrojada trabajadora china que podría ser su hija.
La poesía está siempre presente, la fotografía la refleja con un tono melancólico. La directora tiene una formación como documentalista que se nota en su manera de mirar y relatar la realidad. La laguna aparece tranquila, pero uno sale del cine pensando que oculta mucho mar de fondo.