viernes, 26 de octubre de 2012

Looper. Dir. Rian Johnson

No le cogí el pulso a esta película (aparte de sufrir las excentricidades de la gente que va al cine cuando es barato-2€ la Fiesta del Cine- y no sabe lo que va a ver, y se va y vuelve y se pone a hablar y le tienes que pedir que se calle y finalmente se va antes de acabar). No me parece tan brillante como cree María Guerra y la trama futurista se queda a medio camino; es simple: matar a gente treinta años antes, a través de un viaje en el tiempo, por profesionales (looper). Lo peor ocurre cuando tienes que matarte a ti mismo, 30 años mayor. Se cierra el bucle entonces, pero sigues viviendo 30 años más con un dinero extra. En esto me pierdo, y también cuando ese círculo no se cierra y se escapa tu víctima, que es tu otro yo más viejo, al que reconoces y no te atreves a liquidar. En fin, no sigo para no hacer esta crítica un galimatías. La puesta en escena es, a veces, un poco cutre: esas calles en 2044 llenas de mendigos eran mucho más convincentes en Blade Runner, y la parte final, la de la granja, a pesar del excelente físico de Emily Blunt, se ralentiza mucho, dura demasiado, sobre todo teniendo el ritmo vertiginoso anterior. No sé, puede que surja un debate como con la película "El origen", pero no creo que suscite tanto interés los posibles enigmas que deja abiertos.
Lo que opina Ana: Las películas de ciencia ficción que se pierden entre los hilos que dibujan sus entrañas me ponen de muy mal humor, ésta es una de ellas. ¿Quién es ese Fundador que introduce un aspecto metafísico en una película básicamente de gangsters?No lo entiendo y en esta ocasión sí importa saber qué te están contando. Reduzco la sesión a un paseo por un mundo de mafias que emplean las mismas sórdidas herramientas de siempre: una estructura fuertemente jerarquizada que controla el submundo de la criminalidad a través de unos bien entrenados matones. La parte moral e inquietante de la película se me escapa, sólo puedo apreciar la estética elegida, la frialdad de su atmósfera, un mundo turbio, gris, inhumano, de soledades infinitas.

Frankenweenie. Dir. Tim Burton

No deberían perderse esta joyita de animación stop motion en blanco y negro hecha por Tim Burton, ampliando un corto suyo realizado en 1984.
Aprovechamos la Fiesta del Cine y solo por 2€ vimos una historia de niños y mayores, perros, gatos y seres monstruosos, experimentos y un profesor de ciencias fuera de convencionalismos, que pone a los padres recelosos e ignorantes en su sitio. Todo sucede en ese pueblo, New Holland, que es la imagen del pueblo en el que nació Tim Burton, Burbank.
Yo no tengo perro y no lo he tenido nunca y me pareció igual de encantadora y de imaginativa, y con un sentido del humor que todo lo barniza. Es un cuento y debe acabar bien, aunque sea un poco infantil ese final. Francisco Marinero le da cinco estrellas (sobre cinco) y María Guerra se explaya: "una delicia inspiradora, un placer necesario y revolucionario". Se pasa un buen rato y da gusto ver algo bien hecho, hasta te dan ganas de silabear el Ch-Ch-Change de Strange Love, cantado por Karen O, mientras pasan los títulos de crédito.
Lo que opina Ana: Otra vez Tim Burton pone todo su talento al servicio de una película de animación. Podemos reconocer desde el principio su estética tenebrista y su sentido del humor tan negro. Divertida, tierna y crítica a la vez. Lo mejor, algunos de sus personajes, el profesor de ciencias, la coquetuela perrita de la vecina, el compañero del cole jorobado, una especie de Quasimodo en ciernes, además de la familia protagonista. Mantiene un ritmo creciente hasta la última parte de la historia, en la que el relato se vuelve excesivo desbaratando la ironía de su tono.

Lo imposible. Dir. J.A. Bayona

Aprovechamos para ver películas a 2€ en la Fiesta del Cine. 
Se le ha señalado a esta película un defecto muy grande: la tendencia a lo lacrimógeno (recomendaban llevar kleenex en algunas críticas), y el uso de la música para enfatizar los momentos sentimentales más álgidos. Sin embargo de la primera parte todo el mundo habla bien, es la que antecede al tsunami, en la que se siente una tensión creciente del que espera que algo va a ocurrir, lo sabes y lo esperas, y el director también sabe eso y juega con ello, y la del tsunami mismo, el incontenible avance del agua, su poder de destrucción (es curioso, recuerdo la película de Clint Eastwood "Más allá de la vida" y allí el agua era azul, casi limpia, aquí es gris, sucia) y como los objetos van golpeando todo lo que encuentran en su arrastre. El efecto se hace tan evidente que parece una grabación en vivo hecha por alguien que lo veía en el momento de suceder. Esos veinticinco minutos son para Alberto Luchini "los más espectaculares del cine español", y, a pesar de todo, solo le da dos estrellas sobre cinco. Resumía María Guerra su crítica con la frase "falta sobriedad". ¿Cómo plantearse otra tipo de película sin salir de allí? Porque Clint Eastwood después se iba con sus personajes a otra parte, pero Bayona se queda, entre barrizales, muertos, heridos y hospitales. ¿Cómo hacer una película menos cargada sentimentalmente? Seguramente tendría que haber prescindido de la historia de la familia española que lo sufrió realmente, porque ellos vivieron el milagro de que "lo imposible" habido sido posible. Bayona enfatiza eso, y te molesta, aunque la gente siga comiendo palomitas mientras ve sangre, desgarrones en el cuerpo y barro. Cosas de la paranoia moderna.
Lo que opina Ana: Iba preparada con el paquete de pañuelos de papel, sabía que iba a pasar un mal trago (nunca mejor dicho) aunque el final se presumiera feliz. Me conmovió, el guión te conduce de forma linear, no hay saltos temporales, te adentra en una historia que está muy bien interpretada. Además de los adultos, actores cosagrados, los tres niños protagonistas actúan muy bien. Bayona ya mostró en El Orfanato su pericia como director de actores infantiles, aquí la confirma. Por cierto, la participación de Marta Etura la descubrí gracias a los títulos de crédito, sigo sin poder reconocerla entre los personajes de la película.
La mayor pega que le pongo es el recurso a la música para subrayar un dramatismo que no necesita de ningún artificio para llegar al espectador, añoraba los silencios en medio de una música dulzona a veces, agresiva otras.
El título es perfecto y por eso, como estás ante un relato imposible, no importa que las cosas sucedan en algunos momentos sin demasiada lógica, ¿por qué se encuentran el padre y los tres hijos frente al hospital de manera milagrosa? ¡Qué más da! puedes considerarlo como una sinopsis de la realidad para poder alcanzar el desenlace.
Sin duda, es la primera parte de la película, la experiencia de la catástrofe contada a través de la madre y Lucas, su hijo mayor, lo que le da cuerpo; la segunda parte, en manos de un Ewan McGregor abatido, menos creíble, le hace perder fuerza.

domingo, 21 de octubre de 2012

El artista y la modelo. Dir. Fernando Trueba

Película preciosista, en blanco y negro, con cuidadas luces resbalando y resaltando el bonito cuerpo de Aida Folch (Mercè). Dicen las críticas, que en general la han puntuado bien, que es la película más libre y personal de F. Trueba. No lo sé; no puedo saber por qué retratar la relación entre un pintor en la última etapa de su vida, ante su última obra, y la modelo que le sirve para hacerla llega a esos niveles de libertad, cuando en lo formal, salvo el uso del blanco y negro, no hay nada revolucionario, y menos en la trama, ambientada en la 2ª Guerra Mundial, pero dentro de la vida tranquila de un pueblo francés cercano a la frontera española, con el recuerdo todavía de la Guerra Civil Española y la presencia del maquis de frontera, pero esta situación donde se sitúa la historia, es colateral, no constituye el centro de la trama, que es la relación entre estos personajes, que podría haber sido interpretada con mas matices y con más fuerza. Me imagino en el papel del pintor a Fernando Fernán Gómez o a Fernando Rey y veo otra cosa que con Jean Rocherfort (creo que obtuvo el premio de interpretación en S. Sebastián). El personaje de Mercè es un poco plano y esa risa histérica que tiene para acentuar el aspecto salvaje de su belleza, suena un poco forzada. En definitiva, película particular, no para mayorías, un poco fría, que se ve, sin más.
Lo que opina Ana: Cuidada fotografía en blanco y negro con muchos encuadres realizados con una sensibilidad muy pictórica, utilizados para contarnos una historia que se adentra en el mundo de la creación artística con el trasfondo de una Europa devorada por la guerra, pero alejada de los campos de batalla en unos idílicos escenarios de montaña cercanos a la frontera hispano-francesa. Es para mí una historia fallida, no me interesan ninguno de sus personajes; considero que Trueba no consigue enlazar las dos partes de su relato, todo parece artificial, puro attrezzo, no hay pulso. Un guerrillero herido, un oficial nazi, profesor de arte en Múnich antes de la guerra, transitan por la historia sin fuerza, pretendiendo conectarnos, sin conseguirlo, con la realidad que se esconde tras esos idílicos parajes.

domingo, 7 de octubre de 2012

Blancanieves. Dir. Pablo Berger

La apuesta de Pablo Berger es valiente y arriesgada, independientemente de que The Artist le haya robado la iniciativa. Escribir y dirigir una película en blanco y negro y muda tiene mucha osadía. Cuando Carlos Boyero la vio en el festival de S. Sabastián escribió que, sin restarle méritos, no le había emocionado como The Artist. Ami me ocurre lo contrario, me parece más veraz, más sentida, menos artificiosa Blancanieves. Pero comparten un defecto las dos, se hacen demasiado largas. Blancanieves tiene una estética expresionista, pasada por los tópicos y miserias de la España de comienzos de siglo, sólo falta el olor a mierda y las moscas. Su narración es virtuosa (a veces peca del efecto de continuidad en las formas: la luna-la hostia de la primera comunión). Su ambientación es como si fueran estampas de esos años. La labor de maquillaje y vestuario es magnífica. Maribel Verdú encarna la mala madrastra con vicios ocultos y un sadismo y crueldad patéticos. Ángela Molina es la abuela cariñosa y vigilante, alegre de faralaes. Todos los tópicos, pero no molestan, forman un conjunto entre tiñoso y luminoso, de ricos patios y de plazas de toros con espectadores desdentados y boina. Y eso que, como escribe Yago García, no llega a las últimas consecuencias en su dramatismo y crueldad.
Esta estética va llenando nuestra vista y nuestras sensaciones y llega un momento que no nos cabe más, estamos saturados. Yo empecé a perder concentración cuando la abuela de Carmencita sale de la historia. Hasta ahí hasta al gallo Pepe le encontraba un sitio, luego ya todo se hace más forzado, y queda mucho por contar. De todas formas, no ir a verla seria un crimen.
Lo que opina Ana:
Espectacular arranque del cuento, con una impecable estética expresionista y una fotografía e iluminación logradísimas. Todo son elogios a la interpretación que hace de la madrastra Maribel Verdú y la verdad es que se come la pantalla cada vez que aparece, y aparece mucho. Por aquí ninguna pega, ambientación, clima, atmósfera e interpretaciones logradísimas, pero lo que prometía ser una joya impecable, se va desangrando. A mí me aburre, me resulta larga, se me escapa la emoción que me produjo al principio y estoy deseando que se acabe.