
Pasan las semanas y sigue bien colocada en las listas de películas mejor valoradas. El dominio de situaciones y ambientes es total. La trama no es tan confusa como suele ser en este tipo de películas de espionaje (me acuerdo de Syriana, con George Cloony como protagonista). Pero el mensaje parece flojo, débil, demasiado plano. Un espía que cree que sólo los EE.UU y sus aliados son depositarios de bien, descubre que hay otros mundos a través del amor. Podría ser pero no va con la historia. Como dice Jordi Costa (El País, 7 de nov.) la intriga romántica devalúa el conjunto. En el sentido que lo fuerza, que rompe la línea de narración. Es un condimento que no le va a este guiso. Hay otra cosa que chirría y es la facilidad, agilidad, dominio y solvencia con la que se mueve en ese laberinto urbano, político y social Roberto Di Caprio (Roger Ferris), aunque tenga una pinta de guiri evidente. Pero bueno, son licencias. El asunto es el mensaje: la CIA no es de fiar; los musulmanes (aunque alguno se libra), tampoco. Muy poco trabajado este asunto. Poca sutileza.
Lo que opina Ana:
Película de acción ambientada en los escenarios integristas del Próximo Oriente. Se adentra en las actuaciones de la CIA en la zona, desvelando unas tácticas muy poco ortodoxas, en las que prima más la satisfacción del ego de los agentes, que la lucha coordinada contra el que debería ser el enemigo común. Como siempre la agencia de espionaje norteamericana sale muy mal parada, y el héroe de la película, desencantado, acabará abandonando sus filas para integrarse, como un ciudadano más, en la vida del mundo árabe al que ama. Está bien contada, cumple su cometido de película de aventuras y no da más, creo que tampoco lo pretende.