Sólo me atraen las composiciones
pictóricas, prácticamente en grises,
frías y bellas con las que va entrelazando Zhang Yimou su relato. La
historia no me engancha, el metraje se me hace eterno y al final no aguanto el
larguísimo despliegue de los títulos de crédito. Salgo aburrida y cansada.