lunes, 22 de junio de 2015

Una paloma se posó en una rama a reflexionar. Dir. Roy Andersson

No sé si en Metrópoli le daban cuatro o cinco estrellas. Es una película para cinéfilos. Treinta y nueve cuadros de distinta duración con algunos personajes que se repiten (los dos vendedores patéticos de artículos de fiesta, que tanto ellos como los artículos dan ganas de llorar) sin unidad ni nexo aparente, eso es la película. Situaciones absurdas en diferentes escenarios (la entrada del rey Carlos XII en una cafetería de extrarradio de cualquier ciudad actual, al ir y volver de la guerra contra Rusia a comienzos del siglo XVIII).Humor sueco. Su estética, a modo de cuadros vivientes, está muy cuidada, es fría y geométrica. El título no engaña, es tan raro como lo que contiene. León de Oro en el último festival de Venecia.
Lo que opina Ana:
Se trata de una película  compuesta en 39 secuencias que  son como cuadros, fríos, tristes, atemporales, aunque se enmarquen en un período, o transgredan el tiempo combinando personajes de épocas diferentes.

Tiene una mirada sombría, aunque no le falta el humor. A mí me parece un retrato de una Europa decadente, contemplada desde el absurdo. No es un cine fácil, como todo lo que toca el absurdo, requiere dejarse llevar sin exigir explicaciones.