Hay que reconocer que a pesar de que la historia transcurre a principios de los 80, la ambientación te hace sentir que sucede mucho antes, pero no, estamos en la RDA y los coches, las casas, el hospital y las carreteras muestran el atraso, lo anticuado de las formas de vida. Esta película ganó el Oso de Plata en el festival de Berlín 2012 al mejor director, el mismo año que "César debe morir" se llevó el Oso de Oro a la mejor película, y fue seleccionada para representar a Alemania en los Oscar.
Las comparaciones con "La vida de los otros" se han hecho de forma inevitable, pero no se puede comparar. "La vida" llega hasta las últimas consecuencias en la plasmación de una realidad nauseabunda, y aquí no se llega, porque quiere acabarla bien, y no se puede entender el comportamiento de la protagonista, con lo que sufre, con lo que odia y las humillaciones que suponen los registros íntimos cada poco tiempo. No, el final está pensado para dar una bocanada de esperanza, pero la narración pedía, para ser coherente, otra salida. Tal vez los alemanes la eligieran para los Oscar para quitarse un poco el peso de la culpa. Nina Hoss en el papel de Bárbara está irresistible.
Lo que opina Ana:
Esta película relata una historia de amor con el trasfondo gris y sórdido de un estado policial, el de la RDA de los años 80. Lo hace utilizando un ritmo lento, conduciéndonos a través de la mirada dura de la protagonista, Barbara, una doctora represaliada a la que han confinado en un hospital rural, alejándola de su brillante carrera berlinesa. Esto es lo mejor de la película, la descripción del miedo, el hacerte sentir cómo se vivía, con la continua sensación de tener ojos acechando a tus espaldas, allí donde no se pueden ver, pero sí percibir. El resto de la película resulta forzada.
Lo que opina Ana:
Esta película relata una historia de amor con el trasfondo gris y sórdido de un estado policial, el de la RDA de los años 80. Lo hace utilizando un ritmo lento, conduciéndonos a través de la mirada dura de la protagonista, Barbara, una doctora represaliada a la que han confinado en un hospital rural, alejándola de su brillante carrera berlinesa. Esto es lo mejor de la película, la descripción del miedo, el hacerte sentir cómo se vivía, con la continua sensación de tener ojos acechando a tus espaldas, allí donde no se pueden ver, pero sí percibir. El resto de la película resulta forzada.