lunes, 1 de noviembre de 2010

La red social. Dir. David Fincher


Red Social es una película ambiciosa y bien hecha. Es además valiente, porque no se pliega ante el poderoso (Mark Zuckerberg, un joven de 26 años al que se le estima una fortuna de 7000 millones de dólares), ni ante una institución sobresaliente, la mejor universidad del mundo, según los ranking de calidad, Harvard (pobres chicas allí).

La película comienza con una conversación a toda máquina entre un chico y una chica, en un pub de la universidad. Casi no da tiempo a seguir y comprender ese diálogo, pero el director y el guionista (Aaron Sorkin) han querido que sea un momento esencial. La misma chica aparece en la escena final, pero esta vez está en la pantalla de un ordenador, esperando el creador de Facebook que le deje ser su amigo. Es muy interesante esta película y seguramente tiene muchos puntos de vista diferentes. El éxito, la amistad, las connotaciones de clase, el concepto de genio, y así podríamos ir aumentando los asuntos que dan juego en esta historia.
Lo que opina Ana:
Aunque uno comprende lo lejos que está de dominar el inglés, no puede por menos que quedarse apabullado con el metralleo del comienzo, ¡qué velocidad en los discursos!. Aún así la película se sigue bien, está bien planteada y consigue un tono bastante neutro; no retrata al protagonista con simpatía, pero tampoco con clara animadversión, simplemente como a un tipo con pocas habilidades sociales ,con mucho talento informático y bastantes resentimientos de clase, él está en Harvard exclusivamente por sus capacidades, pero no disfruta de los privilegios de los que lo están por sus apellidos.
Me gustó entrar en Harvard, ver su ambiente, cómo son y se relacionan entre sí los estudiantes actuales, el papel de las mujeres, tan desinhibidas, jugando en un tú a tú con los comportamientos masculinos, pero manteniendo aparentemente el papel de objetos de deseo aunque sea por deseo propio. Es un buen retrato del interior de uno de los centros rectores de la inteligencia mundial, donde viven individuos que no son ajenos a los comportamientos del mundo exterior.